Archivo por meses: enero 2016

S.T.; La segunda ronda (llave izquierda)

Gente del publico: ¿Qué les pareció nuestra selección de combates? ¿Les entretuvo? ¿Les divirtió? ¿Los emocionó? ¿NO? ¿¡Cómo que no!? Bueno, lo que sigue es mas o menos parecido, así que no se quejen…

1) Thor vs 3) Capitán America

Nuevamente 2 de los vengadores se enfrentan.

«Oye Capitán, crees que puedes ganarle a ¿UN DIOS?»

«Por supuesto que…»

Thor se eleva y oculta tras unas nubes negras. Con un movimiento de su martillo magico atrae a muchos rayos y los dirige directamente hacia su rival quien intenta escudarse, pero la violencia del ataque lo lanza fuera de la plataforma.

Thor le tiende la mano a su rival caido y le pide disculpas si es que lo lastimo.

«Me atacaste sin dejarme completar la oración…¿Si puedo ganarle a un dios? Por supuesto que…NO»

1) THOR GANA

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6) Ciclope vs 7) Spiderman

«Ciclope, ¿crees que tenemos alguna oportunidad de ganar?»

«No, no lo creo. Se ve que en otras realidades hay mutantes mucho mas poderosos que Apocalipsis»

«¿Entonces para qué combates?»

«En este momento para mejorar mis habilidades, toma esto»

Una rafaga de rayos opticos golpean al hombre araña quien nota que su unico traje se ha roto por el poder mutante del hombre x.

«Me rindo, me rindo»

«¿¡Eh!?»

6) CICLOPE GANA!

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9) La Mole vs 11) Leon-O

«¿Así que tu tambien sufriste transformaciones por los rayos gamma del espacio exterior?»

«¿De qué hablas?»

«Pareces un felino, tienes cuerpo de hombre y gato»

«Yo soy un THUNDER THUNDER THUNDERCAT OHHHH»

(De fondo se escucha la musica de la presentación del programa…nadie sabe de donde sale)

Leon-O ataca con su espada con una fuerza sobrehumana y sorbefelina. Su rival solo puede defenderse mientras que retrocede mas y mas, hasta que…

«¡FUERA!» La Mole cayó fuera del ring.

11) LEON-O GANA

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14) Magnetto vs 15) He-Man

«Los jueces me comentaron sobre los poderes de tu espada, principe Adam. ¡Demuestramelos!»

«Con gusto malechor. POR EL PODER DE GREYSKULL…YA TENGO EL PODER»

«Quiero ver esa espada»

Con un movimiento de la mano, la espada de He-Man cae en manos de su rival.

«Impresionante, es muy pesada y se siente un aura a su alrededor».

«Me las pagarás»

He-Man embiste hacia Magnetto, el cual no puede detenerlo (al no llevar metal) y tampoco puede manipular la espada contra su amo.

Es una pelea de puños. Magnetto es debil con las manos, pero es habil con su mente. Se protege con una esfera formada con un campo magnetico, pero los golpes de He-Man son muy poderosos.

He-Man salta sobre la esfera protectora y comienza a golpearla. Magnetto se eleva e intenta sacarlo del ring, pero nada surte efecto en el heroe.

Finalmente, las fuerzas de Magnetto se agotan y cae desmayado.

«Ya estoy viejo para esto…»

15) HE-MAN GANA

S.T.: La segunda ronda

Bienvenidos nuevamente a este super torneo denominado SUPER TORNEO

Vamos a comenzar en breves momentos con la segunda ronda.

Les recordamos como quedó la tabla de combates para esta nueva etapa:

Llave Izquierda                                                                     Llave derecha

1) Thor                                                                                   17) Superman

vs                                                                                               vs

3) Capitan America                                                         19) Linterna Verde

 

6) Ciclope                                                                           21) Donatello

vs                                                                                            vs

7) Spiderman                                                                  23) Seiya

 

9) La Mole                                                                           25) Fenix

vs                                                                                             vs

11) Leon-O                                                                        27) Dante

 

14) Magnetto                                                                   29) Goku

vs                                                                                            vs

15) He-Man                                                                       31) Gohan

 

¡COMIENCEN!

E.F.: Parte 3

Las lágrimas perduraron durante unos minutos más.

Por fin había caido en la situación de haberse quedado solo en el mundo. No solo eso, sinó que todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos para él.

El sol brillaba en lo alto cuando la última lágrima fue limpiada de su rostro. Las grises nubes habían sido completamente desplazadas por el viento y no luchaban por retornar.

Leo se puso de pie y dejando atrás a la escuela, emprendió un viaje a pie por las calles de la ciudad.

A su paso, el único ruido que lograba escuchar era el de la basura atrapada por el viento.

Todo rastro de vida humana ajena a él había desparecido.

Aunque, observando bien, tampoco podía ver a ningún ave volando el cielo, a ningún gato callejero caminando y a ningún perro perdido ladrando.

«¿Qué habrá pasado?» Se preguntó mientras que recorría las calles. Ahora estaba más calmado.

Muchos negocios tenían sus puertas abiertas, invitando a pasar a los invisibles clientes, aunque no haya nadie para recibirlos.

«¿Será una broma?». Volvió a preguntarse.

Rapidamente se respondió a sí mismo con un rotundo no.

Mientras que caminaba por las desiertas calles, notó una rara sensación en el cuerpo.

Había algo que no lo hacía sentir bien y le hacía respirar con dificultad.

Por un momento, Leo se preguntó si su mala sensación sobre aire tenía algo que ver con lo sucedido.

De pronto el aire escaseaba, no podía respirar.

Su vista se nublaba poco a poco mientras que pensaba que se iba a desmayar.

En su desesperación, entró al mercado cerca de él buscando agua. Atravesó las cajas y llegó a las heladeras, aunque no logró su objetivo y desmayado, cayó.

– o –

Leo se levantó. Estaba mareado y le costaba mucho pensar.

-¿Qué pasó?- Preguntó, sin obtener respuesta.

«Es cierto». Pensó. Estaba solo. Misteriosamente se había quedado solo en este mundo y no pudo contener el grito de desesperación.

-¡AAAH!- Gritó. Gritó con todas sus fuerzas.

Unos pasos se escucharon  a lo lejos y se apresuraron hacía él.

-Leo, ¿¡QUÉ PASA!?- Se escuchó una voz preguntar.

Una mujer estaba parada frente a él.

-¿…Claudia..?

Sueño: El espectador

Siendo un espectador de lo ocurrido, puedo relatar las acciones de lo sucedido con este sujeto.

Era de noche y él caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad.

Parecia que nada lo perturbaba, ni las personas, ni los autos, nada. Es más, parecía que era invisible para el resto del mundo.

Aunque en este caso era literal y gracias a un dispositivo que llevaba en la mano izquierda, él era realmente invisible.

Este era un aparato metálico redondo, de unos 10 centímetros de diametro y con una luz roja en el centro.

Gracias a esto, él se volvía completamente invisible para los demás y así había vivido durante muchos años.

Su modo de vida era bastante reprochable y siempre tomaba ventaja de esta situación.

Los alimentos, la comidas y la bebidas, las tomaba del lugar que deseaba, al igual que con el dinero que quería, además de espiar a las mujeres que le parecían atractivas.

Con el paso del tiempo se había vuelto muy habilidoso para estas cosas.

Era de noche y él estaba cocinando, había preparado los ingredientes para hacer una salsa para las pastas, pero al darse cuenta de que no tenía más harina, decidió ir a buscarla.

El supermercado a donde iba a «comprar» otrora había sido un hotel de lujo.

Su entrada en forma de puerta giratoria había sido bien bienvenida cuando el hotel funcionaba.

Al pasar por la puerta, se dirigió hacia las estanterías repletas de productos sin darse cuenta de que la policia se encontraba en el lugar.

Ellos querían capturarlo y para eso habían dispuesto varias camaras que captaban el calor y habían esparcido por casi todo el suelo un producto muy resbaloso.

Sin embargo, estas trampas eran los métodos comunes que utilizaba la policia para intentar atraparlo, siempre sin éxito.

Con una gran habilidad, logró subirse a las gondolas y caminó sobre ellas buscando la tan necesitada harina.

Al encontrarla, estiró el brazo para tomarla pero esta se encontraba demasiado lejos para su alcance y no le quedo otra opción mas que ir al suelo y tomarla desde abajo.

Al tocar el suelo, el producto resbaloso no surtió efecto en él y esto era gracias a que llevaba puesto una especie de medias negras especiales, inmunes a este tipo de producto.

Con la harina en mano, salió tranquilamente por la puerta cuando la alarma comenzó a sonar.

No se había percatado de que una camara lo detectó e instantaneamente aparecieron varias patrullas que lo esperaban a la salida.

En total eran 5, pero él las logró traspasar sin ningun problema y se detuvo a ver como los policias se disparaban entre ellos.

Todo esto le causó gracia y emprendió el rumbo de vuelta.

Estando ya cerca de su casa se cruzó con 2 mujeres que caminaban abrazadas.

Una de ellas lo miró y se desprendió de su amiga quien prosiguió su camino.

-¡Ey! Tú.- Dijo ella.

-¿Eh? ¿Cómo es que me puedes ver?- Respondió él.

-¿Acaso piensas que eres el único con el dispositivo?.

La charla prosiguió por un tiempo largo. Tanto que el sol comenzaba a asomarse cuando un auto se frenó delante de ellos. De este bajó un hombre alto y de aspecto atemorizante. Llevaba puesta una gabardina marrón y un sombrero pequeño para su cabeza.

La mujer se volvió hacia su compañero y le tomó de la mano.

-CORRE- Gritó

-¿Pero qué pasa? ¿acaso nos puede ver?- Pregunto él.

-¡SI!- Volvió a gritar, tomando la mano de su compañero – El es un cazador.

El mensaje estaba claro. Ese sujero «cazaba» a los humanos que poseían el dispositivo de invisibilidad.

La mujer corrió despavorida, dejando a los dos hombres solos.

La pelea comenzó sin palabra mediante.

Allí, en la mitad de una concurrida avenida, comenzó el intercambio de golpes.

El cazador poseía fuerza sobrehumana y sus golpes eran muy destructivos. La pelea continuó con una clara desventaja para el protagonista.

En un momento, el cazador abrazó a su oponente y mediante un increible salto, lo llevó al redondo techa de una casa de la misma forma, la casa de este hombre invisible.

La lucha prosiguió allí arriba, con el mar de fondo y el sol que se levantaba.

Gracias a que estaba sobre su casa, pudo sorprender al cazador logrando quitarle su gabardina y su somprero, dejando en evidencia unos tirantes rojos que apretaban una remera blanca sin mangas.

Luego de eso, la pelea fue sencilla. El cazador perdió su fuente de poder y ahora solo era un hombre muy mayor, muy viejo para luchar.

Al final, el protagnosita había resultado airoso, aunque había perdido el paquete de harina en el proceso.

Contemplando el mar, este no estaba calmo y unas gotas caían sobre su rostro…

…y las malditas me habían despertado. Habia una gotera en el techo. Deberé llamar a un plomero.

 

 

El villano frustrado

Román se había graduado. Oficialmente obtuvo su doctorado en física y desde ahora su título antecederia a su nombre y sería conocido como Dr. Román P. Tros.

Pero Román tenía un secreto y ese era que se había doctorado para obtener los conocimientos necesarios para convertirse en un supervillano.

Si, así es. Román quería conquistar al mundo.

Para serles sinceros, todos en la clase de Román tenían el mismo objetivo y es por eso que entre los 20 futuros físicos con doctorado llegaron a un pacto. Cada uno iría a un país distinto, donde no existiesen otros supervillanos, y recien podrían conquistarse mutuamente cuando ya hayan conquistado a su propio país.

Todos aceptaron y en la graduación, recordaron el pacto antes de partir.

Román fue a un país tranquilo, donde sabía que no existía otro supervillano y allí se estableció.

Comenzó desde cero, trabajando como asistente y rentando un pequeño departamento pegado a una discoteca.

Vivía como podía, ahorrando cada centavo, los cuales necesitaría para construir su imperio.

Obtuvo, además de su trabajo como asistente, un puesto de profesor suplente de física, matematica y química, en una importante escuela secundaria.

Gracias a estos nuevos ingresos, pudo mudarse a un departamento mas tranquilio donde por fin pudo dedicarse a planear su futura conquista.

Su tanquilidad duró poco ya que apenas un par de meses después, fue descubierto llevandose planos y materiales de la oficina y tuvo que dejar su puesto como asistente.

Román lo había hecho desde que comenzó con ese trabajo, siempre cauteloso, aunque ahora (y para su desgracia) lo atraparon.

Sin su principal trabajo pero con algunos ahorros, Román ahora poseía mucho tiempo libre, el cual dedicó a construir su primera invención y mediante un proceso de hidrólisis a traves de una capa semipermeable de fibra de carbono compuesta, logró obtener Hidrógeno en estado liquido.

Este nuevo producto cercano en temperatura al 0 absoluto, fue el precursos de varios inventos modernos como el combustible para naves espaciales, entre otros.

El proceso consistía en un proceso de hidrólisis sobre un cuenco lleno de Nitrógeno líquido a traves de una capa de fibra de carbono alterada eléctricamente por un compuesto acido.

Una vez producida la reacción, el Hidrógeno se separaba del Oxígeno y su temperatura se reducia drásticamente, aunque no lo suficiente como para cambiar de estado. Es en ese instante cuando entra en escena el nitrógeno líquido y gracias a este, el Hidrógeno alcanza llegar a su punto de condensación.

Su descubrimiento lo llevó automaticamente a la fama y fue nombrado celebridad local.

El dinero comenzó a llegar de a montones y su casa ahora era lo suficientemente grande como para albergar un laboratorio secreto sin que nadie se diera cuenta.

Además tomó un cargo como profesor en la universidad, donde percibia una gran suma de dinero.

Finalmente, luego de casi 5 años de espera, Román podía dedicarse a conquistar al mundo y desde ese momento nació el «Dr. Ciencia».

Bajo su nuevo alias, Román comenzó su plan de conquista.

Sus invenciones eran maravillas de la ingenieria.

Sus robots estaban armados con cañones lanzadores de nitrogeno liquido, un arma que le dio ventaja aún frente a los poderosos tanques y aviones del ejército.

Poco a poco, sus maquinarias fueron haciendo acto de presencia y fueron temidas de costa a costa.

El Dr. Ciencia estaba próximo a su plan de conquista, aunque no contó con un pequeño detalle.

Tal como el, existían otros supervillanos, pero como siempre hay un equilibrio, fueron apareciendo unos individuos bienhechores de escasa edad, con tragicos pasados pero con un objetivo en común: la justicia.

Estos fueron conocidos como los superheroes, quienes gracias a sus habilidades obtenidas (no logradas), podían acabar con los planes de cualquiera, incluso con los de Román.

Tan solo le bastó unos cuantos días para derrumbar todo lo que el Dr. Ciencia había logrado en años de estudios, sacrificios, pruebas y errores.

Tanto esfurezo y tanto sacrificio para nada.

Destruir es mas facil que crear y es por esto que era vencido constantemente.

No solo eso lo tenía mal, sino que era vencido por un «infante», una persona muy menor a él en edad, un así llamado «heroe» sin estudios universitarios, con apenas un poco de sentido de la justicia y una fuerza sobrehumana.

Pobre de Román. Al final hubiese sido más facil conquistar al mundo con sus descubrimientos o incluso no haber estudiado tanto y dominar a todos de la forma mas rapida…la pólitica.

La historia real del Coyote

Pobre Coyote, que nunca pudo atrapar al Correcaminos.
Capítulo tras capítulo,  la cena se escapaba de sua garras.
«¿Cómo podía ser?» Se preguntaba.
Si sus trampas estaban perfectamente diseñadas, por lo menos al principio.

Obligado por contrato a disfrutar únicamente del sabor del ave corredora, su panza rugía y eso le desesperaba.
Concurría a planes cada vez menos ideados y más apurados para saciar su apetito.
Aún así, sus artificios de ingeniería no funcionaban contra un ave sin cerebro, un ave que corría sin rumbo y que se reía de él. Eso es algo que no comprendía, a pesar de su gran cerebro, no entendía la causa de sus constantes fracasos.
El Coyote estaba atrapado en una realidad que aborrecía y que había comenzado en la década del treinta, poco tiempo después del recupero de la «gran crísis».

Desde pequeño demostró ser distinto, dueño de una mente brillante, un cerebro digno de admirar. Los estudios primarios y secundarios los completó en sus primeros años de vida y para luego entrar en la prestigiosa universidad nacional de México, en donde obtendría su primer título en ingeniería. Su tésis de doctorado atrajo la mirada de las grandes ligas y fue reclutado por la universidad de Massachusetts para obtener su segundo título en ingeniería para luego pasar a trabajar para la NASA.

En sus primeros treinta años de vida, el Coyote estaba en la cima del mundo, academicamente hablando, pero algo en él le empezó a hacer ruido.
Los cálculos y los modelos matemáticos ya no le apasionaban y le aburrían cada vez más.
Su jefe le dijo que es porque estudió toda su vida y no se tomó un tiempo para descansar y le obligó a irse de vacaciones. El Coyote aceptó tímidamente, sabiendo que ese no era el motivo de sus últimos descuidos.

Su descanso lo aprovechó para pensar, pensar que hacer de su vida. Cada día que pasaba alejado de los números y de las cuentas le hacía pensar en que no quería volver a esa realidad. Pero no sabía que hacer y este era el último día antes de regresar al trabajo.
Tenía aún varias horas antes de ir al aeropuerto de Los Ángeles para regresar a su casa en Texas y aprovechó para ir a su lugar favorito de comida, un bar especializado en pollo frito.

«Todo cambió aquel último día de vacaciones, mientras que estaba comiendo mi amado pollo frito. Fue gracias al hueso de una alita que pude descrubrir mi futuro» Cuenta el Coyote en una entrevista antes de comenzar a grabar el programa que lo saltó a la fama.
«Un hombre se atragantó con el hueso y los médicos no pudieron salvarlo. La gente, entre ellos niños, lloraban sin consuelo y yo sentí que era mi obligación apartarlos de esos pensamientos y sacarles una sonrisa. Actué, hice de payaso y lo logré. Meterme en un papel, actuar, me trajo una revolución dentro. Finalmente había encontrado mi futuro. Quería convertirme en actor y justo estaba en la tierra de las oportunidades, en Hollywood, endonde las ideas se hacían realidad.»

-Seré actor- exclamó ante los comensales que intentaban volver a sus comidas luego del fatídico hecho.
Sin embargo, las risas de absolutamente todos los clientes, empleados y gente del salón hicieron que el Coyote se callase y saliera corriendo.
No se reían de su propuesta, sino de su voz. Un tono rídiculo, digno de un bebé en lugar de un adulto.
El Coyote tenía un trauma que no podía superar y por eso no hablaba en público. Con la emoción de la situación se olvidó de su regla personal, pero las risas exageradas de la gente la recordó.
Juró que no volvería a levantar la voz, no soportaba tanta humillación.
A pesar de esto, en su mente aún resonoban sus palabras. Su nuevo sueño era ser actor y no se detendría hasta conseguirlo.

Pero la era del cine mudo había terminado y un actor que no hablaba no era interesante ni tenido en cuenta.
Luego de una infinidad de rechazos, un viejo amigo de la universidad mexicana se contactó con él. Un pequeño ratón que había saltado a la fama hace poco tiempo, conocido con el nombre de «Speedy González».
Con su amigo de nexo con los productores, el Coyote consiguió trabajo rápidamente como protagonista del nuevo programa que tenían en mente.

-El Coyote y la captura del Correcaminos se llamará y consistirá en que cada semana utilices tus conocimientos en ingeniería para diseñar y contruir equipos y trampas para atrapar al ave corredora-. ¿Te interesa?- le dijeron los productores.

El Coyote aceptó con gusto y le estrechó la mano al productor.

-Una cosa más-le dijo. -Como queremos que esto sea real, solamente podrás comer las aves que captures en el programa. Nosotros te las proporcionaremos, junto con todo el equipo que necesites de la empresa A.C.M.E.

Nuevamente la estrella asintió. No tenía dudas en atrapar varias aves por semana, lo que le daría comida más que suficiente para almacenar.
Pobre Coyote, ignoraba que tal como él había conseguido trabajo por un amigo, todo se mueve por contactos y su primer compañero de grabación, el primer Correcaminos, sería el único que haya. Ignoraba que era la mascota del jefe y que tenía asegurada su supervivencia.
El programa consistiría en ver el sufrimiento y la desesperación de un animal al ser saboteados sus planes capítulo a capítulo. Ese era el morbo que querían vender los productores y la idea tras las creación del show.
Así quedó el Coyote, encerrado en un sueño donde creía que era la estrella y donde la comida se extrañaba.

La verdad, detrás del primer caso de bullying televisivo.

El ajedrez del tiempo

Debo reconocer que no rival más dificil que el tiempo.
Sus movimientos son erráticos e impredecibles y siempre causan desorientación, pero a fin de cuentas sus planes siempre resultan. Yo jugué con él y perdí. Fui derrotado cuando creía que estaba ganando la partida.
Pasó hace mucho tiempo, muchos años atrás, cuando yo era más ingenuo y solitario, un muchacho que gastaba sus horas jugando al ajedréz por Internet.
Jugar en línea a juegos de mesa hoy en día se consideraría extraño, pero en el auge de los juegos virtuales, las damas y el ajedréz eran reinas y las salas, lugares donde los usuarios se reunían para buscar adversario, estaban a tope de capacidad.
Mal no me iba, modestias aparte, y en particular en esa noche ya había derrotado a más de una decena de adversarios, rompiendo mi propia marca de victoria en un partido al obtener la victoria en menos de un minuto.

Tan confiado y relajado me sentía jugando en la oscuridad de mi habitación, la antípoda de mis verdaderas emociones. Solo, triste y deprimido, me consolaba con victorias ante desconocidos desde mi anonimato.
Aquello era la droga, el antidepresivo que tomaba para escapar de mi solitaria realidad.
Una novia era todo lo que deseaba y rezaba antes de dormir.
Me sentía muy solo, tanto que, si no fuera por mis juegos en línea, no me levantaría de la cama.
Es un círculo, la soledad te vuelve triste, la tristeza te hace perder las ganas y la falta de ganas te deja solo. En ese ciclo infinito me encontraba.

Finalmente, luego de casi una veintena de encuentros, los últimos cinco ya con lágrimas en los ojos, di por concluida la noche para continuar con el llanto acostado en la cama, cuando recibí un aviso de desafío.

«El Tiempo te ha desafiado a una partida. ¿Aceptas?»

El nombre de usuario me extrañó. Los nombres de usuario en esa época o eran nombres en el caso de mujeres o eran frases sexuales en el caso de los hombres. El tiempo no era un nombre de usuario común y corriente.
Creo que ese fue el único motivo por el cual decidí aceptar y permanecer un poco más en la computadora.
Gané el sorteo y pude optar por el lado del tablero. Elegí ser las negras, regalándole a mi compañero el primer movimiento. Sin embargo, no hubo reacción alguna.

«Se habrá desconectado» Pensé y decidí mandarle un mensaje antes de desconectarme.

-¿Estás? ¿Vas a mover?. Es tu turno- le dije sin recibir respuesta inmediata.

Estaba a punto de cerrar el programa cuando la respuesta apareció: «Espera y verás» fue todo lo que dijo.
Dos minutos más fue todo lo que esperé antes de cerrar el programa y apagar la computadora.
Me acosté a dormir, sin olvidarme de realizar mi plegaria nocturna para acabar con mi soledad.

-Por favor- Oraba cada noche.

(El peón se mueve, su objetivo es atrapar a la custodiada reina. Sabe que sus posibilidades de éxito son casi nulas y que caería primero en la batalla, recuerda siempre que es tan solo un peón. Pero entiende que su deber es seguir adelante y enfrentar todos los obstáculos.
Su camino será largo, una odisea con enemigos muy poderosos, pero debe hacerlo. Todo sea por su rey, por la victoria. Es la primera fila, carne de cañón, pero nadie dice que la suerte no lo puede acompañar. Un milagro era todo lo que necesitaba, eso y que se acomoden el resto de las piezas para lograr su avance).

Al día siguiente regresé a mi casa más tarde que lo usual. Hubo demoras en el transporte público y termine llegando a mi casa a la noche, en horas de la cena.
Entré a mi cuarto, cansado por el día y me extrañó que la computadora esté encendida.
Mis padres y mi hermano mayor no se encontraban, todos habían salido, como de costumbre, todos tenían sus vidas salvo yo, que tenía mi página de juegos.
Al abrirla me encontré con una alerta, un mensaje que mi rival de la noche anterior, el muy misterioso y lento «El tiempo» había movido y que era mi turno de jugar.

Había movido un peón, clásico comienzo que duraba menos de un segundo en cualquier partida, salvo en esta que había demorado casi un día.
Hice el mismo movimiento de mi lado, moviendo el espejo de la misma pieza y esperé.
Nuevamente mi rival se había perdido y mi aguante había llegado a su fin.
Volví a mi cama, volviendo a mi rezo diario para acabar con mi soledad.

(Un segundo peón se mueve. Igual en condiciones que el primero, cree que mientras más sean, mejor les irá)

Un nuevo día vino y se fue. Había roto un record al casi no haber hablado con nadie en todo el día. Regresé a mi casa temprano, luego de un día aburrido de trabajo y decidí esperar a la noche jugando a mi juego favorito.
Nuevamente al abrir el programa, una advertencia apareció. Mi compañero, el jugador más lento del mundo, había realizado su segundo movimiento. Un segundo peón cambió su posición. Movimiento que copié y esperé. Era un comienzo básico, pero extremadamente lento.

(Después de los peones, es el turno de las grandes piezas. Dueñas de movimientos especiales, las grandes piezas vienen solamente de a pares, salvo los reyes.
Los alfiles son a veces los primeros en avanzar. Capaces de alcanzar grandes distancias, atacan a escondidas y son tricioneros. Suelen ser letales, en ocaciones destronando al rey, pero su misión principal es acabar con la reina. Orgullosos, sus movimientos son el primer paso hacia la victoria).

Un ruido molesto me despertó. Era la bocina de un auto que sonaba desde la puerta de mi casa. Me había quedado dormido.  Mi primera salida en mucho tiempo y no estaba listo. Me vestí lo mas rapido que pude y salí.
No pasaron muchas horas hasta regresar a mi casa y encender el ordenador para ver el avance de mi partida.
Un movimiento por día, en el mejor de los casos, pero la partida avanzaba.
Un alfíl de mi rival se había posicionado en jaque a mi rey. Una jugada muy tonta, demasiado ingenua, siendo una amenaza sin protección y facilmente destruida por el monarca.

(Los caballos son listos. Se mueven de forma errática pero calculada. Son siempre visibles pero nunca se sabe cuando atacarán. Es una terrible amenaza, un peligro latente que observa todas las jugadas. Dificil es hacer que caigan, emboscarlos requiere habilidad al poder sortear obstáculos facilmente con sus largos y extraños movimientos. Los caballos son de temer).

Había pasado mas de un mes desde que comencé la partida mas lenta del universo, pero con cada movimiento, mi interés en acabarla aumentaba. Sus jugadas eran distintas a todo, extrañas por momentos, caóticas por otros y varias veces suicidas, pero de alguna forma lograba agarrarme por sorpresa.
Sacrificó a un alfíl para hacer salir a mi rey, mandó al frente a un caballo para mover a mi reina. No tenía miedo de sacrificar sus piezas por el bien común.

Luego de realizar mi movimiento de la noche, me llegó un correo electrónico. Una invitación a un cumpleaños a celebrarse dentro de casi un mes.
Por su puesto que no quería y no pensaba hacerlo, pero casi al instante, me llamó un amigo que había leido el correo y que quería que lo acompañe. Me negué en un principio pero me rendí ante su insistencia. Faltaba un mes y aún podía inventar una excusa. Me acosté, orando como siempre.

(La torre es la gran protectora de la familia real. Es la última linea de defensa y es siempre fiel. Fría y conservadora, se mueve únicamente cuando los monarcas son amenazados.
No desea la gloria, su único objetivo es servir. Incorruptible y letal, muchas veces es enviada a cortar el escape del enemigo. La torre es respetada y temida, la más calculadora de las piezas).

Mi amigo no paraba de hablar de la fiesta. Tenía más ganas de que llegue el día que el propio homenajeado. Faltaba poco y no se me había ocurrido ningún pretexto para faltar.

-Será una gran fiesta y buscaremos muchas chicas- me decía continuamente. -Te conseguiré una muy linda, no te preocupes.

-¿Por qué no te ocupás de tus cosas y me dejás a ocuparme de las mías?- le recriminé.

-Porque no soy yo el que necesita una alegría, amigo mio- respondió con una sonrisa.

Finalmente a la noche regresé a mi habitual soledad y luego de realizar mi plegaría diaria al cielo, era mi turno de mover.
La partida, aunque larga, se había hecho interesante.
Mi rival seguía siendo impredecible y eso es lo que me mantenía expectante.

Se podría decir que en este punto yo llevaba una clara ventaja. Aunque había perdido a la reina, poseía mayor cantidad de piezas restantes. No lo quería admitir, pero no había podido anticipar la jugada. Su caballo, en acción conjunta con un simple peón planearon el ataque desde las sombras, luego de que mi rival sacrificara a su último alfíl, mi reina cayó en la trampa.

(La reina. La pieza mas importante de las dieciseis. Sin ella el rey caería sin remedio y la partida finalizaría. La reina es la protectora de la familia real. Siempre dispuesta y servicial, ataca sin piedad. Embiste y protege, siempre en movimiento. Ella dictamina el éxito o el fracazo. Su perezoso marido no puede moverse como ella. ‘Para ganar una partida de ajedréz, la reina siempre debe sucumbir’).

Finalmente llegó el día mas esperado. La partida de ajedrez estaba a punto de terminar y ya me había declarado vencedor. Después de dos meses a mi rival le quedaba solamente un peón, una torre, un caballo, a la reina y al rey. Era mi turno de jugar y su caballo estaba a punto de retiarse al establo.

-Jaque mate- dije en voz alta cuando escuché el timbre de la puerta.

También era el día más temido, el día del cumpleaños en el que pasaría varias horas parado en un rincón viendo como los demás la pasan bien. Ya iba con mala actitúd, lo sabía pero no podía evitarlo.
No se si creo en la suerte ni en el destino, pero al entrar, choqué contra una persona que venía distraida con un trago alcoholico en la mano. La persona fue a parar al piso, mientras que el trago a mi camisa nueva.
La chica caída me pidió disculpas y la ayudé a reincorporarse. Cuando lo hizo, me miró a los ojos y quedé hipnotizado frente a su belleza. Me quedé casi mudo cuando me preguntó si estaba bien. Con voz rota le dije que estaba bien y que le recuperaría el trago que mi camisa había perdido.
Con una simple risita me dio un sorpresivo beso en los labios y me dijo que me acompañaba a la barra de tragos así yo también le tiraba uno en el vestido.
Recuerdo que nos reímos durante toda la noche y durante mucho tiempo más, al volvernos inseparables desde ese momento.
Aquella fue una noche en que mi vida cambió por completo. Una noche en que mis plegarias noctunas habían sido respondidas y en la que mi soledad había terminado.
Más grande fue mi sorpresa al regresar a mi casa y ver que mi partida de ajedréz había terminado.
Mi rival había salido victorioso al declararme un jaque mate con su reina y su torre. No podía creer que había perdido, después de estar seguro de haber ganado.

Un cartel grande brillaba en la pantalla:

«El tiempo ha vencido»

S.T.: La pausa

Después de una larga primera ronda, muchos de los combatientes están agotados.

Otros no tanto, al ser sus combates, digamos…algo rapidos.

La Mole, Ciclope, Siperman y basicamente todos los clasificados de la llave izquierda siguen hablando con los jueces para que los permitan volver a sus respectivos lugares.

La Mole dice que tiene temor a que estos sujetos (por Goku, Vegeta, etc) dañen su cuerpo de roca solida y al no haber sido nunca lastimado, no sabe como se puede curar y si es que se puede curar.

Ciclope, haciendo uso de la razón le dice a los jueces que no ve el sentido de pelear contra sujetos como esos, que incluso tienen mayor poder que Jean como Fenix. Será un combate corto y sin sentido y en su mundo hay personas no mutantes que necesitan de su ayuda.

Spiderman se acerca timidamente y les dice: «Yo no tengo problema en combatir, pero con la condición de que despues de hacerlo me den parte del premio. Es mi unico traje y lo tengo que cuidar. Además, quería pedirle que me permitan sacar fotos para el diario y poder así invitar a comer a Mary Jane a un restaurante no chino».

La respuesta de los jueces fue de negativa para todos. Estos además, les informan que ya está servida la comida y que pueden ir a descansar y reponer fuerzas. Todos se van con el seño fruncido de disgusto menos Peter que mediante telaraña, llega rapidamente a la mesa (parece que este chico no había comido en días).

Todos parecen disfrutar de la comida, por un momento todo es paz y armonía. Las charlas entre los heroes de diferentes realidades se hace escuchar (aunque la mayoría eran comentarios sobre el poder de los saiayins y de su forma de comer). Todos cuentas sun anecdotas y experiencias, las cuales se describirán mas adeltante, en otro relato. Este relato es para comentar las batallas de este super torneo.

Tras unas breves horas de comida y descanso los heroes se reunen para comenzar con la siguiente ronda.

BTHA: Parte 3

«¿Cómo han osado arrestarme? ¿Bajo que cargos? ¡¿DESPUÉS DE TODO LO QUE HE HECHO POR VOSOTROS?!»

La voz de Marcus se hacia sentir, mas no era atendida por la guardia que hasta hace poco le obedecía ciegamente. Pasó de ser el alcalde, el hombre mas importante, influyente y respetado, a ocupar la única celda del pueblo.

Ahora yacía en el suelo de la prisión, esperando que alguien le libere, pero su espera fue en vano.

Nadie vino, ni el juez, ni Damián – «la voz del pueblo»-, ni su ayudante cuando era alcalde, ni Claudio, ni siquiera su mujer, Isabel.

La única visita que tenía era el comisario del pueblo quien volvió a portar un arma en su cinturón y este no era del todo charlatán.

Sin nadie que lo escuchase, sin nadie que le diera un juicio justo, sin nadie a su alrededor, Marcus permaneció solo, en la celda.

Varios días después, Marcus calculó que había pasado un mes, otra persona fue encerrada en misma celda que el.

Marcus lo reconoció como Esteban, uno de los obreros del molino. No era el mas listo, pero era una buena persona.

«¡ TU ! Todo esto es por tu culpa, ‘alcalde’. MALDITO SEAIS». Las palabras de Esteban se clavaron directo en el pecho de su compañero de celda.

«Yo no he hecho nada, Esteban»

«Mientes»

«Estoy diciendo la verdad. He sido acusado injustamente» Replicó Marcus.

«No te creo maldito Inglés» Respondió el otro recluso.

Esa fue toda la conversación que tuvieron por una semana, hasta que por fin un día se rompió el silencio.

«Hoy es mi cumpleaños» Dijo Esteban.

«Feliz cumpleaños. ¿Has de recibir visitas?

«…» Esteban hizo un largo silencio. «No, no recibiré»

«¿Cúal es el crimen por el cual te condenaron?» Preguntó Marcus mientras veía como se volvía sombría la cara de su compañero.

«Robo y asesinato. Me acusan de haber matado a mi propia familia.»

«¿Qué ha pasado?» La voz de Marcus denotaba sinceridad.

Esteban dudó un momento y al final decidió abrirse ante el anterior alcalde:

«Como sabrá…». Parece que había vuelto el respeto al hablar. «Yo trabajaba en el molino que usted contruyó. Fueron épocas muy buenas para mi hijo, para mi esposa y para mí. Teníamos suficientes ingresos para vivir y nos sobraba lo suficiente para darnos algun que otro regalo. Pero todo se terminó cuando derrumbó el molino.»

Marcus pensó en detenerlo y aclarar que el no lo hizo, pero consideró que para ganarselo como aliado, debía seguir escuchando la historia, sin meterse.

«Desde ese momento todo fue miseria. No teníamos dinero para comprar comida y no había trabajo. Al poco tiempo debí salir a robar -comida- para alimentar a mi familia. Siempre robé lo minimo, pan, agua, lo basico para sobrevivir. Hasta que una vez, uno de los dueños de los negocios debió que cerrar debido a los crecientes robos y cegado de ira me siguió hasta mi casa y…»

El llanto de Esteban hizo que sea imposible continuar su relato, pero no fue necesario. Marcus había comprendido lo que pasó después. El dueñó del negocio asesinó a la esposa e hijo de su compañero de celda y este se vengó con el. Pero aún no le quedaba claro por qué fue condenado.

«Pero, ¿por qué te han condenado?» Preguntó Marcus.

«Porque no le pude matar, a pesar de haber hecho lo que hizo, no pude y le dejé con vida, aunque muy mal herido y me acusó. El juez consideró que en mi locura había asesinado a mi familia y casi matado al dueño de la panadería. Fui centenciado a 10 años en prisión….yo robé, pero nadie cree que ese fue mi único delito».

«Yo te creo» dijo Marcus, abrazando al hombre derrumbado por sus lagrimas.

Marcus ahora tenía un nuevo amigo, quien lo ayudaría a recuperar su vida.

El disparo

«¿Qué había pasado?»

No podía recordar..todo fue muy rapido.

Había mucho ruido y se que estaban viniendo por mí.

¿Qué debía hacer? ¿Debía correr? ¿Debía esperar a que los otros me alcancen?

Quedaba poco tiempo, ya podía sentir su respiración en mi cuello. Aún así, mis piernas no respondían.

«Vamos,  ¡ muevanse!» Les dije. Pero seguían sin moverse.

Igualmente aunque corra, ellos me alcanzarían, me tirarían al suelo y me dejarían inmóvil hasta que llegase la autoridad.

Todo había sucedido tan rapido.

Mi intención no fue disparar. Pero estaba solo frente a ese enemigo que me provocaba y me provocaba.

Entonces no me quedó otra y lo hice, disparé.

Creanme que cuando ví que el disparo fue efectivo y mi enemigo había sido abatido, me puse feliz.

Me alegré mucho y fue realmente el mejor momento de mi vida.

Les confieso que ese había sido mi primer disparo efectivo en todo el año y que aquel enemigo tampoco era cualquiera. Era mi mayor enemigo.

Entonces maté 2 pajaros de un tiro, como dice el dicho.

«¡Oh, no!» Ya los siento llegar.

Habían pasado escasos segundos del hecho que encima fue presenciado por una cantidad incontable de personas, todas y cada una testigas de lo sucedido.

Seguramente al día siguiente sería tapa en casi todos los diarios.

Seguramente van a haber notas en los canales de noticias sobre lo aquí ocurrido.

Seguramente me van a querer entrevistar.

«¡Que lindo día!» pensé. Cuando de golpe se me tiraron encima, inmovilizandome.

«GOOOL» Gritó el relator de la radio.

«¡Pero que gran gol, señores! Gracias a este gol, estamos en presencia de los NUEVOS CAMPEONES»