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Sueño: Pesadilla

Increiblemente habíamos rentado esta casa de ensueño por muy poca plata.

El lugar estaba dividido en dos partes. Una de ellas estaba compuesta por el sector de cocina, 2 baños y 4 dormitorios. La otra consistia en una sala de estar y 3 dormitorios más. Pero lo más maravilloso de todo era que ambas partes estaban unidad por un jardín interno y en el medio de este, se encontraba una pequeña cascada que depositaba sus aguas en un pequeño laguito que se podía atravesar gracias a un tronco que se encontraba puesto.

Que maravillosa casa y, a pesar de que la alquilamos solo para vacacionar por un fin de semana, presentimos que la ibamos a disfrutar bastante.

Después de charlas y risas bajo la cascada, decidimos que era tiempo de ir a dormir y cada uno se fue a la habitación que le tocó según el sorteo realizado minutos antes.

Mi familia es bastante numerosa y por supuesto que no ibamos a entrar en todas las habitaciones, por lo que me tocó dormir, sólo, en la sala de estar.

Al entrar en ella, un dolor muy molesto apareció en mi cabeza, cómo si alguien me la estuviese apretando con todas sus fuerzas.

Decidí, entonces, buscar algún medicamento que me aliviane, pero no fue necesario, ya que al salir el dolor se fue como por arte de magia.

Volví a entrar a la sala y el dolor comenzó de nuevo, aunque ahora más fuerte.

Hice una vez más la prueba y entonces comprendí que algo no estaba bien.

Pocos segundos duró mi incertidumbre, cuando al otro lado de la habitación aparecieron repentinamente y frente a mis ojos, dos niñas, una un poco más alta que la otra.

Estás eran rubias, con el flequillo que les tapaba la frente y con dos trenzas que les caían a cada lado de la cabeza.

Estaban vestidas con un uniforme escolar, color gris.

Entré en pánico.

Salí corriendo a la habitación de al lado que por suerte no tenía cortinas. Mi tía y mi prima estaban mirando la televisión en el sillon que había allí.

Sin poder hablar, tensionado por el miedo, golpeé el vidrio y con señales de mis manosl pedí que me ayuden.

Mi prima se levantó y, sin que pueda explicarle con palabras, la arrastré a la sala de estar donde las dos niñas estaban acercandose a nosotros.

Ambos nos quedamos paralizados, ella más cerca de la puerta y yo a unos pasos más cerca de quienes quieran que fueran esas aparentes niñas.

Se acercaron a mí.

Pude notar que no estaban caminando y se movían estando estáticas, estando rígidas.

Se acercaron más, tanto que las tuve a escasos pasos de distancia.

Quise escapar, pero el miedo me paralizaba y mis piernas no se movían.

Les grité: «MUEVANSE, MALDITAS», pero no me hicieron caso.

La niña más pequeña detuvo su marcha, pero la grande continuó acercandose a mí. Se acercaba lentamente, cómo su estuviese flotando y esperando a que el viento la empuje.

Mi prima estaba al lado mío, pero no podía hacer nada. El miedo también la había dejado paralizada.

La niña mayor ya estaba pegada a mí y había levantado su cabeza que hasta ese momento estaba cabizbaja.

Con unos ojos completamente negros, clavó su mirada en mí mientras que mi dolor de cabeza se agudizaba.

Me miró por unos segundos más, aunque a mí me parecían largas e interminables horas y luego abrió la boca. Pero no era una boca cualquiera, sus labios se separaron bastante, cual «Depredador» y comenzó a emitir un fuerte sonido que incrementó aún más, mi ya intolerable dolor de cabeza.

El ruido era tan fuerte que sentía que mi cabeza iba a explotar y se iba incrementando hasta el punto maxímo en el que la niña logró introducirse en mi ya vulnerable cuerpo.

Mi dolor se calmó, pero mi mente no y me obligó a despertarme.

Un sueño para olvidar…

Sueño: Los viajes

Parados en la puerta de un centro comercial, en los Estados Unidos, nos dirigimos al subsuelo donde se encontraba un supermercado perteneciente a una cadena multinacional.

El permanente movimiento de personas en el recinto daba la sensación de que el lugar estaba abarrotado de gente, no obstante, decidimos entrar ya que quería encontrar algo que venía buscando desde hacía ya mucho tiempo, un juego de cartas coleccionables.

Yo sabía, que en caso de venderse, el juego de cartas se encontraría en la línea de cajas, sin embargo, desde mi posición no podía verlo.

Finalmente decidí entrar, aunque antes de hacerlo, uno de los 2 amigos con los que había viajado me detuvo.

-No puedes entrar- Dijo.

Al preguntarle el por qué, me señaló unos detectores en la entrada del supermercado y añadió:

-Esos son detectores de almas puras y solo los que posean almas sucias pueden entrar.

Me quedé petrificado por esa declaración y decidí comprobarlo.

Al aproximarme al detector, este comenzó a emitir un pequeño ruido que se hacía más fuerte a medida que avanzaba.

Finalmente mi otro amigo dijo que si quería, podía entrar, pero para eso mi alma se oscurecería para siempre.

Por un momento dudé si el juego de cartas valía la pena y luego de pensarlo brevemente, decidí que sí, lo valía.

El ruido proveniente del detector era muy fuerte, hasta que al atravezarlo, cesó y el detector emitió una luz de color roja, permitiendome el acceso. La luz simbolizaba el fin de mi alma pura.

Una vez dentro, me dirigí a las cajas en donde soñaba con encontrar el tan deseado producto….lamentablemente ya se habían terminado.

Acto seguido regresamos al bus donde un guia nos informó que el resto del viaje se compondría de 4 días con actividades relacionadas a la comida y luego 7 días en un hotel all-inclusive.

Detestaba la idea de las actividades ya que me volví a encontrar solo, pero al finalizar estas, me enteré que en realidad, las actividades consistian en ir a un restaurante distinto cada noche.

Finalmente llegó el turno de la mejor parte, el descanso en el hotel que tenía todo incluido.

La desesperación se produjo al bajar del vehiculo y mostrarnos las habitaciones que eran ocupadas a medida que los integrantes del viaje se peleaban por ocupar cada cama con sus pertenencias.

Habían varias habitaciones, algunas nuevas y otras viejas, pero todas poseían un horno eléctrico.

Por el camino perdí una fuente para horno que contenía un corte de carne condimentado (era el proyecto final del viaje) y la ví en el horno de otra habitación.

Decidí ir a reclamarla luego de haber encontrado una cama en donde dejar mis cosas.

En uno de los pasillos encontréa un viejo amigo a quien no había visto desde hacía tiempo.

Estaba sin remera, intentando hacer funcionar una especie de proyector.

Luego de un enfático abrazo, me comentó que estaba intentando capturar un fantasma.

Mi cara fue de asombro, pero permanecí a su lado mientras que veía cómo mi proyecto final era alejado de mi alcance.

Por un momento me deprimí, pero todo se desvaneció cuando mi amigo logró hacer funcionar el proyector y allí, frente a nuestros ojos, apareció un fantasma.

Se trataba de una muchacha de 20 años aproximadamente, que brillaba con un color blanco y flotaba en el aire.

Su cara reflejaba cortadas profundas, seguramente la causa de su muerte.

Lentamente se nos acercó hasta que la tuve frente mío y gritó.

El gritó era inentendible y muy fuerte, tanto que me despertó…

…era una canción que sonaba en la fm del despertador y me desagradaba mucho. Deberé cambiar la emisora.

Sueño: Fútbol Americano

La patada inicial dió comienzo al encuentro.

En un equipo estabamos nosotros, amigos de toda la vida, y en el otro, rivales desconocidos.

El estadio era un poco diferente al habitual. En lugar de un recinto, nos encontrabamos en un espacio abierto, parecido a la selva, con arboles a los costados y en lugar de los palos de anotación, había un arco al estilo del clasico fútbol.

El partido comenzó, más yo no conocía muy bien las reglas. Sabía que el balón se pasaba hacia atrás y que se le podía pegar con el pié si se quería lanzarlo hacia adelante.

Durante los primeros minutos me dediqué a correr y patear el balón hacia adelante.

Lamentablemente mi estrategía para anotar no surtió efecto y por el contrario, nos convirtieron varios goles.

En ese momento decidí ir a defender la portería y fui realmente muy efectivo.

Los disparos llegaban con fuerza, pero los atajaba sin muchos problemas. Era bastante bueno.

También continué mi estrategia de patear el balón, ya que, como o podía pasarlo hacia atrás, intentaba dejarlo lo más cerca de la portería rival.

Después de varios intentos de gol fallidos, concluyó el primer tiempo y cambiamos de estadio para la segunda mitad.

El nuevo estadio era aún más salvaje que el anterior. Los árboles ya no se encontraban a un costado, sino que estaban repartido por todo el estadio.

Animales también recorrian el suelo.

El partido continuó con normalidad hasta que derrepente algo ocurrió.

Un cisne había caído de su vuelo. Ruidos de dolor emanaban de este mientras que movía su largo cuello de forma desesperada.

Finalmente el atacante se dejó mostrar. Se trataba de una serpiente, bastante colorida, aferrada a un sector del cuello de su presa.

Los gritos del ave eran desesperantes.

-¿¡Qué pasa!?- Pregunté a uno de mis compañeros de equipo.

-Estamos en la selva y hay muchos animales peligrosos- Respondió con total calma.

Luego levanté la vista y pude ver a varios animales más, todos observándonos.

En ese momento dí por concluido el partido e intenté irme de allí lo más rápido posible, pero los gritos de dolor del cisne me paralizaron.

Cada vez se hacían más y más fuertes.

Mis oídos ya no aguantaban tanto ruido…y me terminaron despertando.

En la radio sonaba una ópera y en el cielo, el agua caía a borbotones.

Un día más va a comenzar.

Sueño: El crucero

Era el capitán del crucero y debía cumplir con muchas obligaciones antes dedesembarcar.

Sin embargo, fui ordenado a trasladar equipaje a la bodega especial.

De nada sirvieron mis reclamos y reproches. De nada sirvió que le grite a la mujer que me ordenó semejante tarea que yo era el capitán y eso es trabajo para los ayudantes.

De nada sirvió y la mujer solo hizo oídos sordos, aunque cuando me callé, ella hablo:

-Estos son los pasajeros más importantes, son 6 en total y entre todos costearon la mayoría de los gastos del viaje. Es por eso que deben ser tratados por alquien importante, por el capitán en persona, por tí.-

Con esas palabras terminó la discución y comenzó la búsqueda. Debía encontrar a los 6 pasajeros distribuidos en las 6 grandes camarotes y solicitarles su equipaje para comenzar con el desembarque.

El ascensor me llevó al sexto piso, donde me recibió una mujer de unos 40 años que muy amablemente me facilitó el equipaje. Estaba contento porque fue realmente facil.

Luego fui al quinto piso donde me informaron que el dueño de la suite se encontraba en el casino.

Lo encontré tirando los dados en la mesa y le solicité el equipaje.

Me dijo que solo llevaba una maleta con él y señalando a una vieja valija a un costado suyo, me hizo señas para que la tome.

El ascensor me dejó en el cuarto piso, un lugar muy tranquilo. Llamé a la puerta de la suite y fui recibido por una hermosa y joven mujer de no más de 30 años, con el pelo rubio y un cuerpo para envidiar.

Amablemente me ofreció su equipaje y con un silbido, un perro apareció cargando las maletas.

Curiosamente, nada me sorprendía.

Luego me dirigí al primer piso, donde un hombre que apestaba a cigarrillo me brindó las valijas de cuero las cuales pensé que cada una costaría más que su salario.

En el tercer piso había un astrónomo que no quería desprenderse de su equipo. Sin discuciones me fui y lo dejé mirando «las estrellas».

Por último quedaba el segundo piso y fue adrede. Sabía que la suite del piso 2 era mala y que cualquier ocupante estaría muy molesto con ella. Por eso quería evitarla a toda costa.

Salí al exterior a tomar un poco de aire para luego volver y terminar con esta absurda tarea que me habían impuesto.

El del segundo piso fue el más dificil, ya que al abrir la puerta me encontré con que en realidad estaba en ¡una lavandería!. La suite del piso 2 era por lejos el peor de los camarotes de lujo y eso generó tanta molestía que su ocupante decidió convertirlo en un lugar de limpieza para la ropa de los pasajeros.

Lamentablemente no lo pude encontrar y dí por concluida mi misión secundaria.

Desembarcamos en una ciudad conocida e inmediatamente me dirigí a su centro y comer algo.

El lugar era sumamente conocido y se trataba de una heladería que además vendían comida.

Tomé un sandwich y me fui a sentarme en las mesas exteriores a mirar a la gente «llevar» su vida, cuando de pronto aparecieron de la nada unos amigos que venian de jugar al fútbol.

-No te invitamos porque tenías que trabajar- Me dijeron y por dentro maldije todo el tiempo que paso trabajando.

Terminé mi comida y me dirigí nuevamente al barco cuando fuí detenido por dos sujetos que comenzaron a gritar.

No podía entender lo que decían y parece que eso los enfurecía más y aumentaba el volúmen de sus voces hasta tal punto que me despertó…

…eran albañiles trabajando en el techo de la casa vecina. En fin, de nuevo a trabajar.

Sueño: El espectador

Siendo un espectador de lo ocurrido, puedo relatar las acciones de lo sucedido con este sujeto.

Era de noche y él caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad.

Parecia que nada lo perturbaba, ni las personas, ni los autos, nada. Es más, parecía que era invisible para el resto del mundo.

Aunque en este caso era literal y gracias a un dispositivo que llevaba en la mano izquierda, él era realmente invisible.

Este era un aparato metálico redondo, de unos 10 centímetros de diametro y con una luz roja en el centro.

Gracias a esto, él se volvía completamente invisible para los demás y así había vivido durante muchos años.

Su modo de vida era bastante reprochable y siempre tomaba ventaja de esta situación.

Los alimentos, la comidas y la bebidas, las tomaba del lugar que deseaba, al igual que con el dinero que quería, además de espiar a las mujeres que le parecían atractivas.

Con el paso del tiempo se había vuelto muy habilidoso para estas cosas.

Era de noche y él estaba cocinando, había preparado los ingredientes para hacer una salsa para las pastas, pero al darse cuenta de que no tenía más harina, decidió ir a buscarla.

El supermercado a donde iba a «comprar» otrora había sido un hotel de lujo.

Su entrada en forma de puerta giratoria había sido bien bienvenida cuando el hotel funcionaba.

Al pasar por la puerta, se dirigió hacia las estanterías repletas de productos sin darse cuenta de que la policia se encontraba en el lugar.

Ellos querían capturarlo y para eso habían dispuesto varias camaras que captaban el calor y habían esparcido por casi todo el suelo un producto muy resbaloso.

Sin embargo, estas trampas eran los métodos comunes que utilizaba la policia para intentar atraparlo, siempre sin éxito.

Con una gran habilidad, logró subirse a las gondolas y caminó sobre ellas buscando la tan necesitada harina.

Al encontrarla, estiró el brazo para tomarla pero esta se encontraba demasiado lejos para su alcance y no le quedo otra opción mas que ir al suelo y tomarla desde abajo.

Al tocar el suelo, el producto resbaloso no surtió efecto en él y esto era gracias a que llevaba puesto una especie de medias negras especiales, inmunes a este tipo de producto.

Con la harina en mano, salió tranquilamente por la puerta cuando la alarma comenzó a sonar.

No se había percatado de que una camara lo detectó e instantaneamente aparecieron varias patrullas que lo esperaban a la salida.

En total eran 5, pero él las logró traspasar sin ningun problema y se detuvo a ver como los policias se disparaban entre ellos.

Todo esto le causó gracia y emprendió el rumbo de vuelta.

Estando ya cerca de su casa se cruzó con 2 mujeres que caminaban abrazadas.

Una de ellas lo miró y se desprendió de su amiga quien prosiguió su camino.

-¡Ey! Tú.- Dijo ella.

-¿Eh? ¿Cómo es que me puedes ver?- Respondió él.

-¿Acaso piensas que eres el único con el dispositivo?.

La charla prosiguió por un tiempo largo. Tanto que el sol comenzaba a asomarse cuando un auto se frenó delante de ellos. De este bajó un hombre alto y de aspecto atemorizante. Llevaba puesta una gabardina marrón y un sombrero pequeño para su cabeza.

La mujer se volvió hacia su compañero y le tomó de la mano.

-CORRE- Gritó

-¿Pero qué pasa? ¿acaso nos puede ver?- Pregunto él.

-¡SI!- Volvió a gritar, tomando la mano de su compañero – El es un cazador.

El mensaje estaba claro. Ese sujero «cazaba» a los humanos que poseían el dispositivo de invisibilidad.

La mujer corrió despavorida, dejando a los dos hombres solos.

La pelea comenzó sin palabra mediante.

Allí, en la mitad de una concurrida avenida, comenzó el intercambio de golpes.

El cazador poseía fuerza sobrehumana y sus golpes eran muy destructivos. La pelea continuó con una clara desventaja para el protagonista.

En un momento, el cazador abrazó a su oponente y mediante un increible salto, lo llevó al redondo techa de una casa de la misma forma, la casa de este hombre invisible.

La lucha prosiguió allí arriba, con el mar de fondo y el sol que se levantaba.

Gracias a que estaba sobre su casa, pudo sorprender al cazador logrando quitarle su gabardina y su somprero, dejando en evidencia unos tirantes rojos que apretaban una remera blanca sin mangas.

Luego de eso, la pelea fue sencilla. El cazador perdió su fuente de poder y ahora solo era un hombre muy mayor, muy viejo para luchar.

Al final, el protagnosita había resultado airoso, aunque había perdido el paquete de harina en el proceso.

Contemplando el mar, este no estaba calmo y unas gotas caían sobre su rostro…

…y las malditas me habían despertado. Habia una gotera en el techo. Deberé llamar a un plomero.

 

 

Sueño: La estafa

Finalizada la comida, nos levantamos y salimos del restaurante.
Junto a mí se encontraba mi novia, sus padres y su abuela, que en realidad era otra persona representándola.

Nos dirigimos al auto de mis suegros cuando la abuela exclama que no encontraba su tarjeta de crédito.
Reingresó en el restaurante, aunque sin suerte.
De repente, su celular sonó.

Desde el principio que toda esta situación me producia una mala sensación y es por eso que decidí atender la llamada.
Del otro lado de la línea, una mujer habló, diciendo que había encontrado la tarjeta y se la llevó con ella hasta su casa y si quería recuperarla debía ir a buscarla.

La mala sensación permaneció conmigo mientras que me dirigía hacia el domicilio.
Llegué, estaba sólo y llamé a la puerta.
Una mujer abrió, la que había llamado y fuí invitado a pasar a la cocina.
En ella, sin tapujos ni charla mediante, recibí una especie de nota de rescate por la tarjeta:

«Taxí: $230
  Cena: $410
  Helado: $90
   Varios: $100
Total: $830″

Al ver el total le pregunté, gritando, si esta era una clase de broma.

Su cara de seriedad me dió la respuesta y otorgó claridad a mi mala sensación.
Evidentemente me encontraba tratando con estafadores.

Luego de negarme a pagar el total, ofrecí sólamente hacerme cargo del primer gasto, el único al que consideraba «justo», aunque el importe era de por sí exagerado.

Recibí una negativa y por último decidí llamar a la abuela.
Con una sonrisa de ingenua, opinó que había que: «pagar y listo».

Finalmente llegó junto a mi novia y mis suegros y cuando los fui a recibir, noto que la mujer estafadora está abordo de una camioneta junto a un hombre, presunto marido, y una niña en la parte trasera.

Corro hacia la abuela para preguntarle si les había dado el dinero, ya que temía que no le devolverían su pertenencia.

Mis temores fueron confirmados y con mucha furia corrí hacia el auto y me senté en la parte trasera, junto a la niña. Dejé la puerta abierta para impedir que se escapen y comencé a golpear a la estafadora.

Mis golpes parecieron no afectarles y el auto comenzó a tomar velocidad.
Para mi mala suerte, perdí estabilidad y salí rodando hacia la calle, resultando lastimado en el proceso.Fui rescatado por mi novia, quien me ayudó a ponerme de pie.

Al recriminar a la abuela ésta sólamente respondió: «Y bueno, son cosas que pasan. Ya pasó, ya está».

Iba a gritarle, pero mi voz fue tapada por un sonido superior…

…era el despertador, cumpliendo con su -nada agradable- trabajo de despertarme.

Un día más comienza.

Sueño: La estrategia

Eramos dos y estabamos fuertemente armados.

Estabamos en el tercer y último piso de un edificio desolado.

Las luces estaban encedidas, aunque no hacían falta gracias a la claridad del día.

El piso evidenciaba un visible desgaste. Marcos sin ventanas, pintura descascarada, puertas rotas.

Las luces no todas prendian y habían muchas faltantes.

Lo único que parecía funcionar bien era el ascensor, aunque no era nuestra intención utilizarlo.

Mi compañero y yo estabamos observando el paisaje a traves de una abertura sin ventana.

La calle estaba cubierta por arena, dando una sensación de desierto al paisaje.

Muchos metros adelante había otro edificio, inclinado sobre la arena del cual salieron unos 10 sujetos casi igual de armados que nosotros.

Estaban cubiertos de negro y llevaban puestos visores de visión nocturna.

Se dirigían hacia nuestro edificio, hacia nosotros.

Aún estaban lejos cuando mi compañero comenzó la balacera.

Gracias a los rifles con mira telescópica reducimos a 2 de ellos y los restantes 8 entraron en el edificio.

Se habían dividido en 2 grupos, 6 subian por las escaleras y dos por el ascensor.

Dirigimos nuestra atención hacia el mayor grupo cuando fuimos sorprendidos por el ascensor que había apurado su marcha. Facilmente fuimos despachados.

Acto seguido volvimos al comienzo. Mi compañero y yo observando a traves del hueco de la pared.

El grupo de hombres armados comenzó su embestida. Todo sucedia como la vez anterior. Esta era nuestra segunda oportunidad.

Nuevamente redujimos a 2 de ellos, pero en el intercambio de disparos perdí a mi compañero.

Quedé yo solo frente a 8 de ellos.

El grupo de asalto planeó su estrategia y uno solo fue designado al ascensor mientras que los otros se dividian por el resto edificio.

Al ser una sola persona, el elevador llegó mucho mas rapido de lo previsto por todos y el único sujeto envíado en el fue eliminado por mi pistola.

Decidí utilizar el ascensor para bajar al subsuelo del edificio ya que si me quedaba en la misma posición, sería facilmente derrotado.

El ascensor cumplió su cometido y al salir no observé a nadie en las cercanías. Todos estaban en los pisos de arriba.

Bendije mí maravillosa suerte y al salir me dirigí hacia el edificio enemigo, el cual había sido mi objetivo desde el principio.

Corrí solo por el desierto y fui visto por el enemigo cuando ya estaba fuera de la linea de fuego.

Entré en el edificio y la sirena retumbó en todo el lugar, yo era el intruso.

Era un ruido ensordecedor que cubría cada hueco…

…incluidos mis oídos. Era la alarma del nuevo despertador.

Debo volver a cambiarlo.

Sueño: Saltos

Dos inmensos palos estaban firmes, cual pilares, en el centro de un patio descubierto.

Se distanciaban unos 20 metros aproximadamente y estaban unidos por en puntas superiores por una tela elástica.

De esta, además, se desprendían varios otros trozos de tela que llegaban hasta el suelo.

Un grupo de 20 personas (yo incluido) se reunió alrededor de los palos y fue allí cuando la clase comenzó.

-Deben aprender a manejar los trozos de tela. Escuchen con cuidado mis palabras- Dijo el instructor, moviendose alrededor de sus alumnos.

-Deben poder controlarlos. Cuando agarren uno de los trozos, comenzarán a subir. La tela se contraerá y ustedes subirán sin control. Deberán impedirlo tomando fuertemente la tela con ambas manos y tirando hacia abajo. Esto hará que la tela deje de elevarse y una vez logrado esto, tendrán pleno control sobre ella.-

Con esto, la clase dió por finalizada y el instructor desapareció.

Fuí uno de los primeros en animarme a tomar el trozo de tela, ante la atenta mirada de los otros.

Al asirlo, comencé a subir rápidamente. Tenía miedo porque el suelo ya quedaba demasiado abajo y la caída, desde cierto punto, ya podía ser letal.

Pero, recordando las palabras dichas, tiré fuertemente de la tela y está se detuvo y comenzó a descender lentamente.

Finalmente había logrado control absoluto de la tela y desde ese momento, todo fue diversión.

La tela me depositó en el suelo y desde allí, di un salto. Tal como si estuviese caminando con poca gravedad, mi empujón fue considerable, capaz de superar a cualquier record de salto en altura.

Poco a poco me fui acostumbrando a la tela, hasta el punto en que ya la consideraba una parte de mi cuerpo, una extensión de mí.

Relajado por tener el dominio, decidí ver lo que estaba pasando a mi alrededor.

Por un lado estaban los otros alumnos de la clase, algunos con absoluto control, como yo, y otros con problemas de altura.

Por el otro estaba el galpón, donde esperaban, impacientes, decenas de otras personas por su oportunidad.

Con el trozo de tela en mano, caminé por el galpón. En la entrada había un grupo de personas vestidas completamente de negro, los así llamados «Darks», escuchando musica de un cantante argentino que nada tenía que ver con su estilo de vestimenta.

Una de estas personas, una chica ciega, me pidió que la lleve hasta el musicalizador para solicitarle otra canción de este popular cantautor.

Dentro del galpón, mi hermano me miraba con ojos brillosos.

Estaba ansioso y casi desesperado por utilizar la tela.

Le pregunté si la quería y practicamente me la arrebató de las manos, pero antes de entregarsela, le expliqué las instrucciones para controlarla.

Me hubiese gustado que me escuchara, ya que al tomarla, tomó mucha altura, cada vez más y más y dentro de poco chocaría contra el techo del galpón.

«PUM»

Un fuerte reuido resonó en todo el lugar cuando la espalda de mi hermano sufrió el impacto y por el golpe, se desprendió de la tela, cayendo sin frenos.

Mi mirada fue de terror, no sabía si sobreviviria a la caida.

«PUM»

Cayó y golpeó al suelo, produciendo un ruido suficientemente fuerte como para despertarme.

Fue un trueno…estaba lloviendo.

Un día más comienza.

Sueño: El demonio

Nos encontrabamos en un castillo.

En realidad era una casa antigüa muy grande con muchos pasillos y habitaciones.

No se como habíamos llegado allí, pero lo cierto es que debíamos escapar. Algo malo nos iba a pasar y lo podíamos sentir.

El día empezaba a desaparecer y la noche se asomaba rapidamente. La casona no parecía poseer una puerta de salida.

Estamos solos. Mi novia y yo corriamos ya casi desesperadamente por la inmensa edificiación buscando una salida.

Intentamos romper una de las ventanas, pero estaban hechas de un material indestructible para nuestra fuerza.

Seguimos corriendo por los pasillos cuando un viento fuerte nos derribó.

Extrañados por lo sucedido, nos pusimos de pie y continuamos nuestro camino sin reparar que ese viento era en realidad algo mucho mas peligroso.

A medida que la noche avanzaba, los golpes de ese misterioso viento se hacian cada vez mas y mas fuertes e iban tomando forma.

Finalmente la noche cayó y el viento cobró su verdadera forma como demonio.

Se trataba ser un ser de mas de 2 metros de altura y de piel color negra.

Desde la cintura para arriba poseía el cuerpo de un hombre musculoso, salvo que desde los homóplatos le salían 2 grandes cuernos parecidos al de un carnero y de la cintura para abajo poseía cuerpo y patas de cabra.

Su figura era imponente y muy atemorizante.

Por suerte pudimos escaparnos de el y logramos notar algo bastante peculiar. Este demonio solo nos atacaba cuando pasabamos cerca de una pequeña puerta que, valga la aclaración, no la habíamos visto antes.

Lleguamos a la conclución de que el demonio quería impedir que nosotros entrásemos a esa habitación.

Debimos arriesgar nuestra vida, pero logramos distraerlo por un rato y entrar en ese cuarto.

Grande fue nuestra sorpresa al ver que estaba vacío por dentro. Mas grande fue nuestro miedo al sentir que ese ser se estaba acercando.

Luego de un abrazo de despedida, decidimos hacerle frente al demonio y mientras lagrimas caían de nuestros ojos, noté que en una de las paredes había algo escrito.

Rapidamente nos separamos y sacamos todo el polvo que se encontraba en ella.

Al removerse la capa, un grabado quedó en evidencia. Habían 5 dibujos y cada uno tenía escrito palabras en idioma chino a su alrededor.

Cuatro de los dibujos eran de distintos tipos de seres, siendo el primero de ellos, el demonio que nos acechaba.

Pero el último de los grabados era el de un hombre con una palabra en inglés que decía «Legend» (leyenda o legendario).

Nuestras manos pasaron por el grabado y este se hundió en la pared que luego se iluminó y detrás nuestro apareció este hombre. Al fín lo habíamos entendido. Se trataba de un guerrero legendario.

De una altura de 1.8 metros aproximadamente, este guerrero era calvo y poseía rasgos orientales.

Estaba vestido completamente con una túnica marron clara, estilo shaolín y poseía un sombrero puntiagudo del mismo color.

Hizo una reverencia hacia nosotros y quizo hablar cuando apareció el demonio.

Sin palabras mediante, se enfrentó a este y logró rechazar su ataque, dandonos tiempo al guerrero y a nosotros de poder conversar.

Para nuestra mala suerte, el no hablaba castellano y solo poco (muy poco) inglés.

Nuestra comunicación fue muy lenta, pero logramos entender como sobrevivir.

Fue señalando cada uno de los grabados de la pared y diciendonos palabras clave para que nosotros deduzcamos el total.

Del primer grabado, que se trataba de nada mas ni nada menos que el dios de la muerte, nos dijo las siguientes palabras:

«Invulnerable». «No». «1-6″. Este ultimo con dibujos y una flecha hacia el no». Filamente nos hizo una mimíca de ahorcamiento.

De aquí pudimos decifrar que este ser era invulnerable pero dejaba de serlo de 1 a 6 y que solo se lo podía matar ahorcandolo.

El segundo grabado se trataba de una mujer con alas y cuerpo mitad humano y mitad serpiente.

Se trataba de la diosa de la fortuna que nos ayudaría a escapar siempre y cuando lograsemos matar al anterior.

De los otros dos no logramos llegar a escuchar la explicación porque el mismisimo dios de la muerte hizo acto de presencia en la habitación.

Antes de lanzarse en la lucha final contra el temible mounstruo, el guerrero nos volvió a señalar los numeros de antes. Quería que lo recordemos, pretendía que nosotros fuesemos los encargados de acabar con el ser.

Cuando la leyenda salió con el demonio eran las 12. Debiamos resistir una hora para tener una oportunidad.

Tanto mi novia como yo, comenzamos a practicar el estrangulamiento, para no vacilar ni dudar al llegar el momento que no tardó en llegar.

Se hizo la 1 y luego las 2 y ahora nosotros salimos en busqueda del demonio. El se convertiría en nuestra presa y nosotros escapariamos de ese lugar con la ayuda de la diosa de la fortuna.

Minutos después encontramos al ser. Estaba arrastrando una de sus patas. El guerrero legendario lo había dejado muy mal herido, aunque había dado su vida en el proceso.

En ese estado, el dios de la muerte no era rival para nosotros y logramos derribarlo y ahorcarlo.

Fue duro, demasiado, pero al final sentimos como la vida se iba de nuestro enemigo.

Fue en ese momento cuando la diosa de la fortuna hizo acto de presencia y pude abrir los ojos.

Me encontraba en las puertas de un negocio de comida rápida a punto de comprar una hamburguesa.

Al lado mío se encontraba un amigo de mi infancia a quien no veía desde hacía mucho tiempo.

Comenzamos a hablar mientras que yo me acomodaba todas las cosas que llevaba encima.

Un tema tabú era preguntarle sobre los planes de su casamiento. A sabiendas que yo no sería invitado, mi viejo amigo eludía esas preguntas, queriendome decir que el no se iba a casar (probablemente no quería que yo lo supiese al no ser invitado).

Luego de varias preguntas mas, respondió diciendo que ya tenía todo preparado, que solo le faltaba esperar y allí concluyó nuestra conversación.

El se frenó en un mercado y yo proseguí mi rumbo hacia la estación del tren que estaba a escasos pasos de distancia.

En el camino me frené para ver como una flor crecía dentro de una bola de tierra. Me pareció sorprendente, tanto que quise llevarsela a mi novia pero justo el tren abrió sus puertas y comencé a correr para alcanzarlo.

Sonó la primera de las tres alarmas de cierre de puertas y yo aún no había entrado.

A la segunda alarma logré entrar. Su sonido fue bastante distinto al de la primer advertencia y me fue bastante familiar.

La tercera alarma de advertencia sonó y me recordó mucho al sonido de mi despertador.

Tan parecido era que me despertó.

En fin…un día mas.