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BTHA: Parte 3

«¿Cómo han osado arrestarme? ¿Bajo que cargos? ¡¿DESPUÉS DE TODO LO QUE HE HECHO POR VOSOTROS?!»

La voz de Marcus se hacia sentir, mas no era atendida por la guardia que hasta hace poco le obedecía ciegamente. Pasó de ser el alcalde, el hombre mas importante, influyente y respetado, a ocupar la única celda del pueblo.

Ahora yacía en el suelo de la prisión, esperando que alguien le libere, pero su espera fue en vano.

Nadie vino, ni el juez, ni Damián – «la voz del pueblo»-, ni su ayudante cuando era alcalde, ni Claudio, ni siquiera su mujer, Isabel.

La única visita que tenía era el comisario del pueblo quien volvió a portar un arma en su cinturón y este no era del todo charlatán.

Sin nadie que lo escuchase, sin nadie que le diera un juicio justo, sin nadie a su alrededor, Marcus permaneció solo, en la celda.

Varios días después, Marcus calculó que había pasado un mes, otra persona fue encerrada en misma celda que el.

Marcus lo reconoció como Esteban, uno de los obreros del molino. No era el mas listo, pero era una buena persona.

«¡ TU ! Todo esto es por tu culpa, ‘alcalde’. MALDITO SEAIS». Las palabras de Esteban se clavaron directo en el pecho de su compañero de celda.

«Yo no he hecho nada, Esteban»

«Mientes»

«Estoy diciendo la verdad. He sido acusado injustamente» Replicó Marcus.

«No te creo maldito Inglés» Respondió el otro recluso.

Esa fue toda la conversación que tuvieron por una semana, hasta que por fin un día se rompió el silencio.

«Hoy es mi cumpleaños» Dijo Esteban.

«Feliz cumpleaños. ¿Has de recibir visitas?

«…» Esteban hizo un largo silencio. «No, no recibiré»

«¿Cúal es el crimen por el cual te condenaron?» Preguntó Marcus mientras veía como se volvía sombría la cara de su compañero.

«Robo y asesinato. Me acusan de haber matado a mi propia familia.»

«¿Qué ha pasado?» La voz de Marcus denotaba sinceridad.

Esteban dudó un momento y al final decidió abrirse ante el anterior alcalde:

«Como sabrá…». Parece que había vuelto el respeto al hablar. «Yo trabajaba en el molino que usted contruyó. Fueron épocas muy buenas para mi hijo, para mi esposa y para mí. Teníamos suficientes ingresos para vivir y nos sobraba lo suficiente para darnos algun que otro regalo. Pero todo se terminó cuando derrumbó el molino.»

Marcus pensó en detenerlo y aclarar que el no lo hizo, pero consideró que para ganarselo como aliado, debía seguir escuchando la historia, sin meterse.

«Desde ese momento todo fue miseria. No teníamos dinero para comprar comida y no había trabajo. Al poco tiempo debí salir a robar -comida- para alimentar a mi familia. Siempre robé lo minimo, pan, agua, lo basico para sobrevivir. Hasta que una vez, uno de los dueños de los negocios debió que cerrar debido a los crecientes robos y cegado de ira me siguió hasta mi casa y…»

El llanto de Esteban hizo que sea imposible continuar su relato, pero no fue necesario. Marcus había comprendido lo que pasó después. El dueñó del negocio asesinó a la esposa e hijo de su compañero de celda y este se vengó con el. Pero aún no le quedaba claro por qué fue condenado.

«Pero, ¿por qué te han condenado?» Preguntó Marcus.

«Porque no le pude matar, a pesar de haber hecho lo que hizo, no pude y le dejé con vida, aunque muy mal herido y me acusó. El juez consideró que en mi locura había asesinado a mi familia y casi matado al dueño de la panadería. Fui centenciado a 10 años en prisión….yo robé, pero nadie cree que ese fue mi único delito».

«Yo te creo» dijo Marcus, abrazando al hombre derrumbado por sus lagrimas.

Marcus ahora tenía un nuevo amigo, quien lo ayudaría a recuperar su vida.

BTHA: Parte 2

Marcus y Claudio habían sido condecorados con medallas, honores y mucho oro por su gran y heróico esfuerzo durante la guerra.

Sus nombres se habían vuelto importantes dentro de la comunidad.

Habían pasado varios años desde que los amigos conocieron a su amor, Isabel y Claudio pasó gran parte de esos días en idear un plan para separarlos, aunque sin exíto.

En casi todos los aspectos Marcus era una persona con buen corazón.

 

Aunque todo cambió una mañana en la que Claudio fue invitado a la casa de su amigo. Este aceptó y Marcus le contó que quería ser candidato al puesto de alcalde, que recientemente se acababa de desocupar. Le contó a su amigo que quería hacer algo mas por el pueblo que tan gentilmente lo trató.

Con una falsa pero muy bien fingida sonrisa, Claudio felicitó a Marcus mientras que este se dirigía a la bodega para traer una botella de vino para brindar.

En el momento que quedó solo, Claudio tuvo tiempo de ver -sin emociones- las cartas de felicitaciones de parientes lejanos. Aunque una de esas cartas le llamó la atención…

Esa carta estaba escrita en inglés y la firma decía «With love, Mom & Dad» (con amor, mamá y papá).

Claudio se apuró a guardar la carta en uno de los bolsillos de su saco mientras que la sonrisa en su rostro se hacía real y cada vez más y más grande…

Claudio sabía que la ley establecía que para tener un cargo público era necesario ser descendiente de españoles.

Gracias a la torpeza de su «amigo», ahora tendría lo que estuvo esperando y deseando desde hace tanto tiempo, a Isabel.

Marcus fue electo como gobernador.

El tiempo pasó y el pueblo creció a pasos agigantados.

Durante el periodo de permanencia en su flamante cargo, las cosas en el pueblo mejoraron mucho y gracias a su inteligencia, había desarrollado el molino mas grande del imperio español, dandole trabajo a la gran mayoría de los habitantes del pueblo.

Aunque fue precisamente en el día de la innaguración el momento en que Claudio decidió llevar a cabo su plan.

Cluadio se ocupó de correr el rumor de que el nuevo alcalde no era descendiente de españoles y -como los rumores fluyen mas rapido que el agua- pronto los dichos llegaron a los oídos de Marcus.

Al principio estos no tomaron mucha fuerza ya que las obras de Marcus por el pueblo eran tan importantes (y visibles), que hacían opacar a cada repetidor.

Por su parte, Claudio no lograba ocultar su frustración y sus sirvientes eran los principales receptores de su mal humor. ¿Cómo podía hacer para lograr fortificar el rumor? Se preguntaba.

Días despues de pensar y pensar, la respuesta le vino a la cabeza. El rumor no se fortalecía porque la ímagen de su «viejo amigo» era muy grande. Entonces debía bajarla. Y ¿cómo lo lograría? «Muy facil» se respondió.

Derribaría la torre del molino, el simbolo del progreso de Marcus y la principal fuente de trabajo de muchos de los habitantes del pueblo.

«Si el molino cae, Marcus también lo hará». Se decía Claudio por las noches antes de acostarse.

Gracias a Marcus, el pueblo había logrado la paz y todas las armas habían sido entregadas y destruidas. Gracias a eso, en el pueblo se generó una gran confianza entre sus habitantes hasta el punto en que el comisario del pueblo era el único representante de la ley (aunque sin armas).

Pero no todos estaban desarmados. Durante un tiempo, Claudio obtuvo de contrabandando unas nuevas armas traidas del oriente. Estás eran unos artefactos que contenían una gran cantidad de polvora y gracias a ello, producian una devastadora explosión a distancia.

Eso era justo lo que necesitaba para destruir el molino…

Luego de 3 días de pruebas efectivas, el plan de Claudio se llevó a cabo y logró explotar -a distancia- los cimientos del molino, el cual se derrumbó con un fuerte estruendo.

La caída del molino fue la primera ficha  del dominó en caer. No pasó mucho hasta que surgieran varias teorías de la culpabilidad de Marcus en la caída de su fuente de trabajo. En el dinero que el obtuvo y en que esto lo hizo para que el pueblo quede pobre y bajo su merced.

Inmediatamente las acusaciones fueron hacia el lado de su sangre británica,

De ahí en más, Claudio solo se sentó a observar como las cosas tomaban su rumbo. Al poco tiempo los miembros del consejo del pueblo se reunieron y decidieron acusar a su alcalde de traición a la patria sin un juicio justo ni derecho a replica.

Marcus había sido capturado por ser hijo de Ingleses. Nada importó que el era Español y que había servido al ejercito y dado su vida por su nación. Tampoco importó que gracias a el, el pueblo había crecido como nunca y todos los habitantes poseían uno de los mas altos niveles de calidad de vida de todo el imperio español. Nada de eso importó…

El plan había surtido efecto. Isabel lloraba desconsoladamente en los brazos de Claudio mientras este miraba como se llevaban al que algúna vez llamó amigo.

Entre gritos y llantos, Marcus maldijo su destino y juró que volvería a buscar a su amada y tomar venganza del culpable de su situación.

Claudio solo sonrió mientras que Marcus era detenido. Al fín tenía a Isabel en sus brazos y ahora nada ni nadie iba a poder separarlos.

BTHA: Parte 1

Claudio estaba caminando por la pradera.

Había escuchado un ruido entre la maleza y sabía que no se trataba de un roedor queriendo sustraer algúna hortaliza de la huerta. No, ese ruido era de pasos, de sigilosos pasos provenientes de un hombre.

Claudio era soldado del ejercito Español y estaba entrenado para eliminar a los intrusos que amenazaban su país.

Armado con su fusíl, siguió caminando, lentamente, siguiendo el rastro del usurpador hasta que lo encontró.

«¡ ALTO AHÍ !» Retumbó la voz de Claudio .

El movimiento del suelo cesó y un individuo se levantó con los brazos en alto. Llevaba un uniforme militar Ingles, aunque algo sucio.

«TIRA EL ARMA» ordenó.

El soldado Inglés obedeció sin resistencia y arrojó su pistola al pasto.

Claudio sonrió, pensó que tenía la situación bajo control cuando de repente sintió el acero en su espalda. Su sangre se había vuelto fria y le dió escalofrios en todo el cuerpo.

«TIRA EL ARMA» escuchó de una voz detras de el en un pesimo castellano.

Era un segundo soldado Inglés. Claudio había caido en su emboscada y no tenía escapatoria.

O sería asesinado en ese intante o peor aún, sería envíado a Inglaterra como un esclavo.

«KILL HIM» Escuchó decir del soldado que fue el señuelo.

Un ruido resonó en el aire. El disparo se había efectuado y el soldado había caído. Fue un disparo certero a la cabeza del enemigo. Apenas un segundo después el otro soldado se desplomó en el suelo mientras que la sangre se escapaba de su cuerpo. Ambos soldados Ingleses habían caído pero Claudio seguía estatico, no comprendía lo que acababa de suceder. Todo fue muy repentino.

Una mano apareció frente a sus ojos, era una mano que lo invitaba a tranquilizarse y a volver a la realidad.

Claudio la tomó y levantó la vista. Frente a el estaba un hombre Español. No, no solo un hombre. El era un soldado del ejercito Español, un compañero de armas.

«Vaya susto, ¿eh?» Dijo el salvador. «Estuve siguiendo a estos malnacidos y tu me has dado el momento perfecto para emboscar su emboscada».

Cluadio seguía inmovil y miraba fijamente a su compañero.

«Por cierto, me llamo Marcus».

«¿Marcus? No es un nombre muy Español si me preguntas» atestó Claudio ya reincorporado..

«Es latín, significa el protector y en este caso tu protector» Respondió Marcus soltando una carcajada que hizo reir tambien a su compañero de armas.

Marcus había salvado a su compatriota y desde ese entonces ambos se volvieron muy unidos.

Corría el año 1595 y la guerra Anglo-Española estaba en sus momentos criticos.

Claudio y Marcus fueron enviados a Londres en una operación secreta.

Su misión consitía en adentrarse en la casa de uno de los comandantes del ejercito enemigo y recuperar unos planos. Luego destruir toda la casa (y a todos en su interior).

La inteligencia militar Española descubrió que en la casa se escondían unos planos con unos prototipos de armas diseñadas por Da Vinci en el año 1510 y descubiertas por espías Británicos en 1593. Se creía que estas armas eran capaces de una gran destrucción que podían terminar con la guerra. El ejercito español las debía poseer.

Fue así que Claudio y Marcus partieron con su misión la cual realizaron exitosamente. Los planos fueron recuperados y la casa (junto con el comandante de armas y el resto de su familia) fue quemada.

Sin embargo, Marcus sintió piedad por la empleada de la familia Inglesa. En realidad había caido enamorado a primera vista de aquella joven y hermosa muchacha que contemplaba de rodillas y con lagrimas como la casa se quemaba.

Su nombre era Isabel y era Española, pero servía a Ingleses.

Ignorando las palabras de su amigo, Marcus la llevó consigo de vuelta a España y la invitó a quedarse en su casa a lo cual ella aceptó, aunque diciendo que por poco tiempo, hasta que encuentre otro lugar.

Pasaron los días y el amor de Marcus por Isabel se hizo mas fuerte. Ella, por su lado, le correspondió el amor y ambos lo disfrutaron en su plenitud durante algúnos años, pasado el fin de la guerra.

Pero aunque Marcus no lo sabía (y nunca se lo preguntó), Claudio se fué enamorando en secreto de Isabel. No solo de su belleza fisíca, sinó de su personalidad. Aunque no fue correspondido, su objetivo ahora era uno y solo uno. Tenerla. Tenerla aunque eso deba significar deshacerse de su mejor amigo.