Archivo de la etiqueta: pensar

¿Qué pasaría si…

1) …una guerra mundial hiciese desaparecer al 99% de la población mundial?

Si solamente quedaran unos pocos seres humanos habitando en toda el planeta:

¿Seríamos capaces de sobrevivir?

2)…esa persona a la que tanto querés, vive una vida feliz con otro?

Si la querés y amás en silencio mientras que es feliz con otra persona:

¿Serías capaz de confesarle tu amor arriesgandote a entristecerla y perderla para siempre?

3) …una enfermedad zombie enfermara a tu pareja?

Aunque sea un no-muerto sigue siendo, por fuera ,la persona a la que le aceptaste el amor:

¿Serías capaz de matarlo o permitir que otro lo mate?

Que lindo sería que si ese otro que te hace feliz, despues de una pandemia mundial, vuelve a vos convertido en zombie y yo pueda estar allí para salvarte y decirte: «él ya está muerto, pero yo estoy aquí por y para vos».

¿Hace falta el apocalipsis para decirte que te quiero?

El ajedrez del tiempo

Debo reconocer que no rival más dificil que el tiempo.
Sus movimientos son erráticos e impredecibles y siempre causan desorientación, pero a fin de cuentas sus planes siempre resultan. Yo jugué con él y perdí. Fui derrotado cuando creía que estaba ganando la partida.
Pasó hace mucho tiempo, muchos años atrás, cuando yo era más ingenuo y solitario, un muchacho que gastaba sus horas jugando al ajedréz por Internet.
Jugar en línea a juegos de mesa hoy en día se consideraría extraño, pero en el auge de los juegos virtuales, las damas y el ajedréz eran reinas y las salas, lugares donde los usuarios se reunían para buscar adversario, estaban a tope de capacidad.
Mal no me iba, modestias aparte, y en particular en esa noche ya había derrotado a más de una decena de adversarios, rompiendo mi propia marca de victoria en un partido al obtener la victoria en menos de un minuto.

Tan confiado y relajado me sentía jugando en la oscuridad de mi habitación, la antípoda de mis verdaderas emociones. Solo, triste y deprimido, me consolaba con victorias ante desconocidos desde mi anonimato.
Aquello era la droga, el antidepresivo que tomaba para escapar de mi solitaria realidad.
Una novia era todo lo que deseaba y rezaba antes de dormir.
Me sentía muy solo, tanto que, si no fuera por mis juegos en línea, no me levantaría de la cama.
Es un círculo, la soledad te vuelve triste, la tristeza te hace perder las ganas y la falta de ganas te deja solo. En ese ciclo infinito me encontraba.

Finalmente, luego de casi una veintena de encuentros, los últimos cinco ya con lágrimas en los ojos, di por concluida la noche para continuar con el llanto acostado en la cama, cuando recibí un aviso de desafío.

«El Tiempo te ha desafiado a una partida. ¿Aceptas?»

El nombre de usuario me extrañó. Los nombres de usuario en esa época o eran nombres en el caso de mujeres o eran frases sexuales en el caso de los hombres. El tiempo no era un nombre de usuario común y corriente.
Creo que ese fue el único motivo por el cual decidí aceptar y permanecer un poco más en la computadora.
Gané el sorteo y pude optar por el lado del tablero. Elegí ser las negras, regalándole a mi compañero el primer movimiento. Sin embargo, no hubo reacción alguna.

«Se habrá desconectado» Pensé y decidí mandarle un mensaje antes de desconectarme.

-¿Estás? ¿Vas a mover?. Es tu turno- le dije sin recibir respuesta inmediata.

Estaba a punto de cerrar el programa cuando la respuesta apareció: «Espera y verás» fue todo lo que dijo.
Dos minutos más fue todo lo que esperé antes de cerrar el programa y apagar la computadora.
Me acosté a dormir, sin olvidarme de realizar mi plegaria nocturna para acabar con mi soledad.

-Por favor- Oraba cada noche.

(El peón se mueve, su objetivo es atrapar a la custodiada reina. Sabe que sus posibilidades de éxito son casi nulas y que caería primero en la batalla, recuerda siempre que es tan solo un peón. Pero entiende que su deber es seguir adelante y enfrentar todos los obstáculos.
Su camino será largo, una odisea con enemigos muy poderosos, pero debe hacerlo. Todo sea por su rey, por la victoria. Es la primera fila, carne de cañón, pero nadie dice que la suerte no lo puede acompañar. Un milagro era todo lo que necesitaba, eso y que se acomoden el resto de las piezas para lograr su avance).

Al día siguiente regresé a mi casa más tarde que lo usual. Hubo demoras en el transporte público y termine llegando a mi casa a la noche, en horas de la cena.
Entré a mi cuarto, cansado por el día y me extrañó que la computadora esté encendida.
Mis padres y mi hermano mayor no se encontraban, todos habían salido, como de costumbre, todos tenían sus vidas salvo yo, que tenía mi página de juegos.
Al abrirla me encontré con una alerta, un mensaje que mi rival de la noche anterior, el muy misterioso y lento «El tiempo» había movido y que era mi turno de jugar.

Había movido un peón, clásico comienzo que duraba menos de un segundo en cualquier partida, salvo en esta que había demorado casi un día.
Hice el mismo movimiento de mi lado, moviendo el espejo de la misma pieza y esperé.
Nuevamente mi rival se había perdido y mi aguante había llegado a su fin.
Volví a mi cama, volviendo a mi rezo diario para acabar con mi soledad.

(Un segundo peón se mueve. Igual en condiciones que el primero, cree que mientras más sean, mejor les irá)

Un nuevo día vino y se fue. Había roto un record al casi no haber hablado con nadie en todo el día. Regresé a mi casa temprano, luego de un día aburrido de trabajo y decidí esperar a la noche jugando a mi juego favorito.
Nuevamente al abrir el programa, una advertencia apareció. Mi compañero, el jugador más lento del mundo, había realizado su segundo movimiento. Un segundo peón cambió su posición. Movimiento que copié y esperé. Era un comienzo básico, pero extremadamente lento.

(Después de los peones, es el turno de las grandes piezas. Dueñas de movimientos especiales, las grandes piezas vienen solamente de a pares, salvo los reyes.
Los alfiles son a veces los primeros en avanzar. Capaces de alcanzar grandes distancias, atacan a escondidas y son tricioneros. Suelen ser letales, en ocaciones destronando al rey, pero su misión principal es acabar con la reina. Orgullosos, sus movimientos son el primer paso hacia la victoria).

Un ruido molesto me despertó. Era la bocina de un auto que sonaba desde la puerta de mi casa. Me había quedado dormido.  Mi primera salida en mucho tiempo y no estaba listo. Me vestí lo mas rapido que pude y salí.
No pasaron muchas horas hasta regresar a mi casa y encender el ordenador para ver el avance de mi partida.
Un movimiento por día, en el mejor de los casos, pero la partida avanzaba.
Un alfíl de mi rival se había posicionado en jaque a mi rey. Una jugada muy tonta, demasiado ingenua, siendo una amenaza sin protección y facilmente destruida por el monarca.

(Los caballos son listos. Se mueven de forma errática pero calculada. Son siempre visibles pero nunca se sabe cuando atacarán. Es una terrible amenaza, un peligro latente que observa todas las jugadas. Dificil es hacer que caigan, emboscarlos requiere habilidad al poder sortear obstáculos facilmente con sus largos y extraños movimientos. Los caballos son de temer).

Había pasado mas de un mes desde que comencé la partida mas lenta del universo, pero con cada movimiento, mi interés en acabarla aumentaba. Sus jugadas eran distintas a todo, extrañas por momentos, caóticas por otros y varias veces suicidas, pero de alguna forma lograba agarrarme por sorpresa.
Sacrificó a un alfíl para hacer salir a mi rey, mandó al frente a un caballo para mover a mi reina. No tenía miedo de sacrificar sus piezas por el bien común.

Luego de realizar mi movimiento de la noche, me llegó un correo electrónico. Una invitación a un cumpleaños a celebrarse dentro de casi un mes.
Por su puesto que no quería y no pensaba hacerlo, pero casi al instante, me llamó un amigo que había leido el correo y que quería que lo acompañe. Me negué en un principio pero me rendí ante su insistencia. Faltaba un mes y aún podía inventar una excusa. Me acosté, orando como siempre.

(La torre es la gran protectora de la familia real. Es la última linea de defensa y es siempre fiel. Fría y conservadora, se mueve únicamente cuando los monarcas son amenazados.
No desea la gloria, su único objetivo es servir. Incorruptible y letal, muchas veces es enviada a cortar el escape del enemigo. La torre es respetada y temida, la más calculadora de las piezas).

Mi amigo no paraba de hablar de la fiesta. Tenía más ganas de que llegue el día que el propio homenajeado. Faltaba poco y no se me había ocurrido ningún pretexto para faltar.

-Será una gran fiesta y buscaremos muchas chicas- me decía continuamente. -Te conseguiré una muy linda, no te preocupes.

-¿Por qué no te ocupás de tus cosas y me dejás a ocuparme de las mías?- le recriminé.

-Porque no soy yo el que necesita una alegría, amigo mio- respondió con una sonrisa.

Finalmente a la noche regresé a mi habitual soledad y luego de realizar mi plegaría diaria al cielo, era mi turno de mover.
La partida, aunque larga, se había hecho interesante.
Mi rival seguía siendo impredecible y eso es lo que me mantenía expectante.

Se podría decir que en este punto yo llevaba una clara ventaja. Aunque había perdido a la reina, poseía mayor cantidad de piezas restantes. No lo quería admitir, pero no había podido anticipar la jugada. Su caballo, en acción conjunta con un simple peón planearon el ataque desde las sombras, luego de que mi rival sacrificara a su último alfíl, mi reina cayó en la trampa.

(La reina. La pieza mas importante de las dieciseis. Sin ella el rey caería sin remedio y la partida finalizaría. La reina es la protectora de la familia real. Siempre dispuesta y servicial, ataca sin piedad. Embiste y protege, siempre en movimiento. Ella dictamina el éxito o el fracazo. Su perezoso marido no puede moverse como ella. ‘Para ganar una partida de ajedréz, la reina siempre debe sucumbir’).

Finalmente llegó el día mas esperado. La partida de ajedrez estaba a punto de terminar y ya me había declarado vencedor. Después de dos meses a mi rival le quedaba solamente un peón, una torre, un caballo, a la reina y al rey. Era mi turno de jugar y su caballo estaba a punto de retiarse al establo.

-Jaque mate- dije en voz alta cuando escuché el timbre de la puerta.

También era el día más temido, el día del cumpleaños en el que pasaría varias horas parado en un rincón viendo como los demás la pasan bien. Ya iba con mala actitúd, lo sabía pero no podía evitarlo.
No se si creo en la suerte ni en el destino, pero al entrar, choqué contra una persona que venía distraida con un trago alcoholico en la mano. La persona fue a parar al piso, mientras que el trago a mi camisa nueva.
La chica caída me pidió disculpas y la ayudé a reincorporarse. Cuando lo hizo, me miró a los ojos y quedé hipnotizado frente a su belleza. Me quedé casi mudo cuando me preguntó si estaba bien. Con voz rota le dije que estaba bien y que le recuperaría el trago que mi camisa había perdido.
Con una simple risita me dio un sorpresivo beso en los labios y me dijo que me acompañaba a la barra de tragos así yo también le tiraba uno en el vestido.
Recuerdo que nos reímos durante toda la noche y durante mucho tiempo más, al volvernos inseparables desde ese momento.
Aquella fue una noche en que mi vida cambió por completo. Una noche en que mis plegarias noctunas habían sido respondidas y en la que mi soledad había terminado.
Más grande fue mi sorpresa al regresar a mi casa y ver que mi partida de ajedréz había terminado.
Mi rival había salido victorioso al declararme un jaque mate con su reina y su torre. No podía creer que había perdido, después de estar seguro de haber ganado.

Un cartel grande brillaba en la pantalla:

«El tiempo ha vencido»

El falso jarrón de la abuela

El jarrón de la abuela es una antigüedad. Este está guardado en un armario diseñado únicamente para él.

Es un regalo de su casamiento hace ya incontables años.

Su valor monetario es incalculable, tanto así que los nietos piensan que si lo venden, la abuela podrá disfrutar sus últimos momentos viviendo como una reina. Y su valor sentimental es aún mayor (al menos, eso pensaban).

Aunque, lo cierto es que, ese ese jarrón ya no es el jarrón de antaño y esto solo la abuela lo sabe y calla.

Hace ya muchos años, la abuela (sin haber obtenido ese titúlo aún) limpiaba el jarrón, que estaba apoyado sobre un pedestal, recordando el día de su casamiento. Su mente estaba enfocada en ese día y con un descuido de su mano derecha, empujó al jarrón que cayó al piso.

Para su buena suerte, la alfombra amortigüó la caída, aunque no evitó que un pedacito del jarrón se desprendiera, arruinando su perfecta figura.

La abuela se entristeció, había cuidado tanto a ese jarrón y por un simple descuido ahora ya no sería el mismo.

La abuela pegó el pedacito de jarrón y ante la mirada de un tercero el jarrón se veía sublime, intacto. Pero para la abuela, el jarrón ya no era el mismo. Después del hecho, su vida prosiguió, aunque ahora con menos alegría.

Fueron pasando los días, los meses y los años y durante ese tiempo el jarrón había sufrido varias caidas y roturas. Sin importar donde se lo coloque, el jarrón siempre buscaba una forma para aterrizar en el piso de alfombra y romperse.

La habilidad de la abuela para repararlo era maravillosa, tanto así que nadie se daba cuenta lo roto que estaba en realidad. Y por sobre todo, nadie se daba cuenta que ahora era mas pegamento que jarrón.

Es por esto que la abuela mandó a hacer un armario de vidrio destinado para velar por siempre por el jarrón y así,pensaba, que este permanecería entero hasta el último momento de su vida.

Pero lo cierto es que la abuela ya no tenía sentimientos por este falso jarrón y se entristecía aún mas cuando pensaba en todo el tiempo que pasó a su lado, cuidandolo.

Pero…¿por qué no se deshacía de el?

La respuesta era sencilla. La abuela le tenía miedo al que dirán. Que dirán sus hijos al haber hablado tan bien de una mentira y por sobre todo, que pasará con sus nietos los cuales solo iban a visitarla, para ver a su «invaluable» reliquia…

Así es el falso amor, como el falso jarrón de la abuela.

Al principio es nuestro mas valioso objeto, el cual sacamos a relucir, y, ¿por qué no?, a presumir.

Pero lo cierto es que en algún momento se caerá. Sin importar la causa y el motivo, el amor falso se caerá al suelo y se romperá.

Nosotros somos capaces de arreglarlo para que aparente seguir perfecto ante los ojos de terceros, aunque por dentro sabemos que no es lo mismo y que algo cambió.

El falso amor, como el jarrón, se seguirá cayendo y nosotros lo seguiremos reparando hasta que llegue el momento en que ya no quede nada de ese primer sentimiento.

Nos preguntaremos continuamente, ¿por qué seguir?

E inmediatamente nos responderemos. Porque…¿Qué va a ser de nosotros sin el jarrón?.

Cuando la esperanza se pierde

«Al cerrarse la caja, lo único que quedó aferrada en ella fue la esperanza…»

Con esa frase concluía el tercer libro de autoayuda que había leído en este mes.

Este último, titulado «La esperanza», quería hacerle entender al lector que esto es lo último que se pierde.

Pero para Gabriel, esto era dificil de comprender.

Él sentía que la esperanza ya lo había abandonado.

Seguramente para el que ve su situación por afuera, dirá que es un ingenuo y que aún todo puede pasar, sin embargo, para Gabriel esto era una cruda y dura verdad.

Los años le habían pasado, aunque no era una persona mayor.

Aún no llegaba a la tercera década cumplida y ya sentía que su vida así sería.

El problema de Gabriel es que deseaba el amor de una mujer.

Aunque no de cualquiera, sino de una imposible para él. O al menos, eso creía.

Algo pasaba por su cabeza cada vez que pensaba en ella.

Esto no era muy seguido, pero cuando su imagen aparecía como un flash en sus pensamiento, la tristeza por no tenerla se hacía presente.

Pero, ¿qué le podía ofrecer?.

Aunque no se consideraba tan lindo, simpático o atlético cómo suponía fueron las parejas de ella, la respuesta era sencilla, amor.

Él le podia dar más amor que ningún otro, pero creía que eso no le bastaría.

Gabriel pensaba que una mujer así merecía a un hombre que se aproximaba a la perfección y él, estaba lejos de ellos.

Su principal miedo era el dinero. Miedo de que por si un milagro hacía que ella tambien quiera que estén juntos, el futuro los distancie por no poderse dar la vida que él creía que ella merecía.

Todos estos supuestos, eran lo que impedían que Gabriel le hable y la conozca. Todo estaba en su cabeza y podía, como no, ser real.

A diferencia de lo que la mayoría cree, la esperanza si se puede perder y de una forma muy facil.

Esta se pierde si uno espera un milagro, si uno no actúa para cambiar su presente.

Siendo estático, mirando desde lejos y encerrandose más y más en su circúlo de soledad.

Esto es lo que hacía Gabriel.

Para él, la esperanza se había perdido…

T.C.U.: Parte 1

La Teoría de Conspiración Universal o T.C.U está siendo estudiada en estos momentos. Mediante determinados estudios que se están llevando a cabo en distintas universidades de 30 paises, se está intentando comprobar la hipótesis de está teoría para poder convertirla en Ley.

La T.C.U se basa en la unificación de todas las teorías conspirativas conocidas a la fecha y en la explicación de las mismas mediante un determinado patrón y un mismo origen.

Todo comenzó luego del Big Bang, en el proceso de formación de la tierra.

El Genesis en la biblia nos cuenta que Dios creó al mundo en 7 días. Aunque estos no eran días de 24 horas como los actuales (la palabra YOM en hebreo puede significar «periodo de tiempo indefinido»).

En realidad, creó al mundo en 6 días y al septimo descanzó.

Curiosamente, el Diablo (o el Diablo con ayuda de Dios) creó los 7 pecados capitales para ser aplicados desde el sexto día, desde la aparición del ser con capacidad de razonar, ADAN, el primer hombre.

Se considera al Big Bang como la explosión creadora del universo, sus estrellas, planetas y todo lo referente a este (que sepamos o ignoremos).

Luego de producirse la explosión, Dios dió forma a nuestro astro, al Sol, a la vez que a los planetas conformantes del sistema solar y repitió este proceso a lo largo de todo el universo, aunque despues volvió a la Vía Lactea para comenzar a formar su obra maestra, la Tierra.

Al prender la lamparita del sol, Dios notó que solo una parte de la Tierra gozaba de luz gratuita, lo cual no le gustó y fue entonces que decidió hacer girar al planeta para que cada hemisferio disfrute por partes iguales del calor inagotable del sol dando origen a la rotación de la tierra.

En resumen, el Big Bang fue parte del primer día de la creación y duró hasta el tercer día de la creación, en donde se colocó el Sol y la Luna ya de manera permanente.

En los otros días, Dios se dedico a la creación de los elementos necesarios para la sustentabilidad y desarrollo del hombre, el cual existió recien al sexto día.

Ahora, como dijimos antes, tambien se crearon los 7 pecados capitales y cada uno fue creado acorde a cada uno de los días de la creación para que afecte al hombre (lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia).

En el primer día de creó el firmamento, se crearon el día y la noche.

En el segundo día las aguas se separararon del cielo.

En el tercer día aparecieron los árboles y las plantas

En el cuarto día se colocaron el Sol y la Luna.

En el quinto día se crearon los animales no terrestres

En el sexto día aparecieron los animales terrestres y el hombre.

En el septimo día Dios descanzó.

Luego de ser creado, el hombre se entera de como Dios creó todo y es por ello que nacen los pecados capitales.

Al caer la primera noche el hombre pensó que podría actuar sin ser descubierto por Dios, por lo que usó su nueva ayuda para espiar a Eva en su privacidad. Esta situación dió origen a la lujuria, la cual ya sabemos como terminó para Adan (con hijos).

En el primer día se creó la lujuria.

Al ser separados el cielo de las aguas, el hombre se dió cuenta que podía nadar, pero no volar. Esto le generó un gran rencor.

En el segundo día la ira tomó su lugar.

Al aparecer las plantas, los árboles y los fertiles campos, el hombre vió los grandes y deliciosos frutos  que el no podía crear (su única creación era bastante desagradable) y sintió celos de estos.

En el tercer día la envidia se hizo presente.

Al ver a la Luna y al Sol, el hombre se dió cuenta de todo lo que lo rodeaba y de todo lo que tenía y que no compartiría con los animales.

En el cuarto día, la avaricia tomó forma.

Al ser creados los peces y las aves, el hombre se dió un festín de aquellos aprovechando su «infinita comida».

En el quinto día, el hombre experimentó la gula.

Al ser creado a imagen y semejanza de Dios durante el sexto día, al hombre se le subió la soberbia a la cabeza, creyendose este un Dios en miniatura.

En el sexto día surgió la soberbia.

Durante el septimo día Dios descanzó. Motivo suficiente para que su creación lo imite, aunque aumentando el tiempo de no trabajo gracias a la gula surgida del quinto día y potenciada durante el comienzo del sexto.

En el último día la pereza entró en juego.

Luego de la creación, aparecieron los extraterrestres.

¿Cómo puede ser? Bueno, primero hay que explicar que pasó luego del séptimo día.

Se dice que Dios comenzó a observar a su creación, pero lo cierto es que estaba ocupado creando otro planeta habitable para el ser humano, una versión mejorada de la Tierra.

Pero no tenía humanos para habitar este nuevo planeta y por algúna extraña razón no podía crearlos.

Fue entonces cuando decidió mudar a sus humanos originales a este nuevo planeta.

Pero…si los sacaba de la Tierra, entonces esta se quedaría sin personas.

Luego de pensarlo, Dios decidió otorgar el don de la atracción a Adan y a Eva, haciendo aparecer los pecados capitales (surgidos todos por la lujuria). Con esto, Dios logró que Eva quedase embarazada de 3 (no 2) bebés: Caín, Abél y una niña, Belén.

Al nacer los bebés, Dios se ocupó de criarlos mientras que le imponía una regla insolita a sus padres, no comer el fruto del árbol de manzanas señalado. Un poco tonto, siendo ese solamente uno de los millones de árboles disponibles con frutos. Pero Dios sabía de los pecados capitales de Adan y este comió el fruto junto con Eva como estaba previsto.

Como consecuencia la biblia nos relata que fueron desterrados del Jardín del Eden, aunque en realidad Dios los envió a su nueva y mejorada tierra para que la habiten y poblen.

En la tierra, por otro lado, Belén ocupó el lugar de su madre y fue la incubadora de la siguiente generación de humanos.

Finalmente Dios descanzó y se dedicó a observar a su obra.

En la nueva Tierra, Adan y Eva habían tenído varios hijos, los cuales fueron dotados con una gran inteligencia y fueron creando el fuego, la rueda, la ropa, el refugio, la comida cocida y todo lo demás, incluso la tecnología, con una gran velocidad.

Mientras tanto, en la tierra, la sociedad progresaba muy lentamente. Sin haber sido educados por Dios, los hijos de Caín y Abél se demoraron mucho en descubrir todas las cosas que en la nueva Tierra ya eran de uso cotidiano.

Fue así que pasaron los años y los habitantes de la nueva Tierra decidieron ir a la vieja Tierra para observar el progreso de su sociedad y de los primeros decendientes de sus creadores.

Al llegar con sus naves espaciales (OVNIs), vieron lo atrasada que estaba su sociedad y decidieron ayudarlos, dejando marcas de sus visitas en donde estaban escondidos los «Elementos de Dios», los cuales les servirían para progresar rapidamente.

Algúnas de estas marcas son visibles hoy en día, como las piramides de Egipto, las cabezas de la Isla de Pascua, Stonehenge y otros tantos.

Tambien decidieron dejar pistas sobre la creación del universo y dejaron al descubierto fósiles de dinosaurios.

Claramente la gente de la nueva Tierra no sufría de los pecados capitales de Adán, los cuales al parecer quedaron en la vieja Tierra.

La T.C.U. luego hace referencia a los Iluminatis, a los Circulos de las Cosechas, a los avistamientos de OVNIs y a las religiones politeistas…

Semillas de la verdad

Caminando por el mercado, llegué a la parte de jardinería.
Entusiasmado como un nene entre chocolates, fuí directo a la parte de venta de semillas.
Había formado una pequeña huerta en el balcón de mi casa de la cual estaba orgulloso.
Formada por 2 grandes macetas de tamaño suficiente para plantar en ellas cinco pequeñas plantitas, mis pequeñas alegrías jardineras estaban a punto de explotar.
Tenía ocupada solo una de las 2 macetas. En ella, había plantado varias especias como el oregano, el cebollín,  la albahaca, la menta y el ají. Como dije, las macetas eran de generosas proporciones.

Tenía la posibilidad de sembrar cinco variedades más de condimentos. Solo alimentos, las plantas de decoración no me atren en absoluto.

«¿Qué puede ser?» Me pregunté.

Mis ojos pasearon por el eneldo y por el cilantro. Luego se desvíaron hacia la achicoria y a la acelga para finalmente desorvitar por completo.

«Calma, calma»

Para algunos era algo sin importancia, para otros un simple hobbie, pero para mi era otra cosa, en ese momento era mi mundo y mis emociones eran fuertes.
Aún no había terminado de decidir, cuando en un rincón ví que había un pequeño paquete de semillas. Lo tomé en mis manos para saber de que tipo de planta se trataba pero al darlo vuelta me sorprendí al ver que no había descripción alguna. Grande era mi sorpresa.
De color gris y con forma de estrella, eran las semillas más extrañas que jamás había visto.
Di vueltas el paquete para, buscando algun indicio, alguna pista de lo que sostenía en mis manos y en el fondo, sutilmente escrito decía «Semillas de la verdad».

Era un nombre atractivo para una flor, pero no me interesaban tanto las plantas no comestibles así que lo dejé a un lado.

-Aquellas son unas semillas muy especiales.

A mi lado se encontraba un empleado de la tienda, un hombre bastante mayor que yo, poseedor de una rara sonrisa. Me sobresalté al mirarlo, no me esperaba tener a alguien a mi lado.

-¿Qué tiene de especial? -pregunté sin emoción. ¿Se trata de una flor o de un condimento?

El hombre me miró, incrédulo por mi pregunta.

-Se trata de una flor, pero distinta a todas las que hayas conocido jamás. Verás, cada semilla germina en una noche y a la mañana siguiente aparece una hermosa flor blanca. Solamente se puede sembrar una por mes, cambiando tierra por una nueva, pero creo que con una sola semilla alcanza para el resto de tu vida.

-No comprendo. ¿Por qué es eso?

-Porque, amigo mío, la flor que nace te contará un secreto, un secreto que alguien oculta y que tu quieres saber, una verdad. Luego de contarlo, la flor morirá y la tierra en la que se plantó se convertirá en un erial.

-¿Qué una planta me habla y me dice una verdad?- pregunté ironicamente, bajando la vista para ver las pequeñas semillas grises.

-Así es. Llévala si quieres, pero ten cuidado.

Mi corazón dio un golpe fuerte. No me interesaban las plantas no comestibles, pero esta me llenó de curiosidad. Sería bueno conocer los secretos de los demás.
Me enfilé para las cajas y mis ánimos se desplomaron al ver las inmensas filas para pagar.
Me puse en el ultimo lugar, cuando escuché a una cajera me llamaba.

-Psst…por aquí señor- dijo, haciéndome señas para que me dirija a su puesto.

Pensé que tenía que dejar pasar a los otros delante mía, pero nadie pareció importarle el llamado.

«Genial» Pensé. Me iba a ahorrar mucho tiempo de espera.

Apoyé mis cosas sobre la cinta transportadora, dejando el misterioso producto para el final. Cuando llegó al ultimo producto, la cajera reconoció de inmediato las semillas y me dijo:

-Señor. Estas semillas son especiales y unicas. Por lo tanto no tienen precio. Y como tampoco tienen un codigo de barras, no puedo cobrarle nada por ellas. Así que puede llevarselas.

-Es mi día de suerte- le dije, sonriendo.

-Solo tenga cuidado con las flores. La verdad puede ser devastadora a veces. Se lo digo por experiencia-

-¿Cómo es eso?- pregunté mientras que bajaba la cabeza para guardar el cambio.

Al levantar la mirada, la cajera ya no se encontraba en su pueso y la caja volvía a estar cerrada para el público. Todo estaba siendo muy extraño. Ahora tenía demasiada intriga por las semillas.

Regresé a casa y me dispuse a las flores de la verdad. Ya mi curiosidad era demasiada.
Abrí el paquete y dentro noté una pequeña nota de papel con instrucciones del sembrado:

«Semillas de la verdad. Plantar una semilla cada vez que se quiera conocer la verdad sobre alguien. Una vez puesta en la tierra susurrar a la semilla el nombre de la persona de la cual se desea conocer un secreto, luego cubrir con tierra. Se puede plantar durante todo el año y no requiere agua. Plantar de noche. A la mañana siguiente florecerá diciendo la verdad, luego perecerá junto a la tierra en donde fue plantada. No se recomienda su uso. ÚSESE CON CUIDADO».

Ya había entendido todo. Era una broma de los empleados del mercado.

«¿Una broma de personas que no me conocen?» Me respondí.

Curioso como nunca, esperé a la noche para plantarla y le susurré el nombre de mi novia a quien notaba distante desde hace varios días. Quería saber lo que le pasaba, lo que ocultaba y no era capas de contarme.
Cubrí la semilla con tierra y me fuí a dormir.  Pamela ni se inmutó cuando me acosté a su lado y la abracé.

Al día siguiente, me levanté ansioso y vi como un capullo blanco estaba a mi espera. Yo estaba maravillado y aterrado.
Al acercarme para olerla, el capullo se abrió, floreciendo en mí presencia y produciendo un eco en mi mente.

«Ella no te ama…ella no te ama»

Estaba aterrado, pero sabía que la planta decía la verdad. Sin pensarlo dos veces, fui a hablar con ella. Era domingo y ese día ninguno de los dos tenía que ir a trabajar.
La discución que tuvimos fue larga y agotadora.
Pero al final de cuentas ella no pudo más y confesó que ya no me amaba y la razón por la cual no me lo decía es porque quería estar segura y que mi reclamo fue el empujón que necesitaba para terminar.

De forma fugáz, separó sus cosas y se marchó, dejándome en casa, en pijama, solo y triste.
En mi mente no pude dejar de pensar en la verdad que me dio la flor y en la miseria que me trajo al instante. Si no la hubiera arrinconado, por ahí podríamos habernos arreglado.
Decidí volver a la tienda y regresar la desdichosa bolsa de semillas al lugar del que la saqué.