Sueño: Saltos

Dos inmensos palos estaban firmes, cual pilares, en el centro de un patio descubierto.

Se distanciaban unos 20 metros aproximadamente y estaban unidos por en puntas superiores por una tela elástica.

De esta, además, se desprendían varios otros trozos de tela que llegaban hasta el suelo.

Un grupo de 20 personas (yo incluido) se reunió alrededor de los palos y fue allí cuando la clase comenzó.

-Deben aprender a manejar los trozos de tela. Escuchen con cuidado mis palabras- Dijo el instructor, moviendose alrededor de sus alumnos.

-Deben poder controlarlos. Cuando agarren uno de los trozos, comenzarán a subir. La tela se contraerá y ustedes subirán sin control. Deberán impedirlo tomando fuertemente la tela con ambas manos y tirando hacia abajo. Esto hará que la tela deje de elevarse y una vez logrado esto, tendrán pleno control sobre ella.-

Con esto, la clase dió por finalizada y el instructor desapareció.

Fuí uno de los primeros en animarme a tomar el trozo de tela, ante la atenta mirada de los otros.

Al asirlo, comencé a subir rápidamente. Tenía miedo porque el suelo ya quedaba demasiado abajo y la caída, desde cierto punto, ya podía ser letal.

Pero, recordando las palabras dichas, tiré fuertemente de la tela y está se detuvo y comenzó a descender lentamente.

Finalmente había logrado control absoluto de la tela y desde ese momento, todo fue diversión.

La tela me depositó en el suelo y desde allí, di un salto. Tal como si estuviese caminando con poca gravedad, mi empujón fue considerable, capaz de superar a cualquier record de salto en altura.

Poco a poco me fui acostumbrando a la tela, hasta el punto en que ya la consideraba una parte de mi cuerpo, una extensión de mí.

Relajado por tener el dominio, decidí ver lo que estaba pasando a mi alrededor.

Por un lado estaban los otros alumnos de la clase, algunos con absoluto control, como yo, y otros con problemas de altura.

Por el otro estaba el galpón, donde esperaban, impacientes, decenas de otras personas por su oportunidad.

Con el trozo de tela en mano, caminé por el galpón. En la entrada había un grupo de personas vestidas completamente de negro, los así llamados «Darks», escuchando musica de un cantante argentino que nada tenía que ver con su estilo de vestimenta.

Una de estas personas, una chica ciega, me pidió que la lleve hasta el musicalizador para solicitarle otra canción de este popular cantautor.

Dentro del galpón, mi hermano me miraba con ojos brillosos.

Estaba ansioso y casi desesperado por utilizar la tela.

Le pregunté si la quería y practicamente me la arrebató de las manos, pero antes de entregarsela, le expliqué las instrucciones para controlarla.

Me hubiese gustado que me escuchara, ya que al tomarla, tomó mucha altura, cada vez más y más y dentro de poco chocaría contra el techo del galpón.

«PUM»

Un fuerte reuido resonó en todo el lugar cuando la espalda de mi hermano sufrió el impacto y por el golpe, se desprendió de la tela, cayendo sin frenos.

Mi mirada fue de terror, no sabía si sobreviviria a la caida.

«PUM»

Cayó y golpeó al suelo, produciendo un ruido suficientemente fuerte como para despertarme.

Fue un trueno…estaba lloviendo.

Un día más comienza.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.