Te quiero…pero no tanto

Te quiero, pero no te amo.
Así como el rocío impregna suavemente a las hojas en una cálida noche de verano y no las moja del todo.
Igual que un destello apenas visible en el firmamento cuando buscas consuelo.
Tan solo como un recuerdo, cuando me invade el olvido.
Puedo volar solo, más no te llevo conmigo.
Debes entender algo, algo que ahora te digo.
Tengo un ala abierta y cargarte no puedo.
Puede que la otra la extienda algún día, o tal vez no. Tal vez nunca.
Aunque puede ser hoy, mañana o tal vez en mi lecho de muerte.
Puede ser que lo haga al dar mi último suspiro en esta vida.
Puede ser que en ese instante te abrace con el fulgor del fin del aliento y puede que en ese instante, tan solo en este instante, ya no te quiera, sino que te ame.
Cuando pase, de una cosa debes de estar segura, de que extenderé mi manto bajo tu figura, de que te cubriré y no te dejaré y de que por fin, solo por fin, le diga adios a la amargura.

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