Archivo por meses: febrero 2017

Los dos caminos 2

Un auto frenó unos metros más adelante. Sin embargo, esto no era problema para Gastón y su moto.
Juntos, sorteaban una gran cantidad de obstáculos y fluían por el tráfico esquivando auto por auto. Esta vez, tenía una bicicleta a su lado que también quería pasar, pero él, al estar motorizado, elegiria primero por donde pasar al auto.
Gastón decidió pasar al auto que frenó, por la izquierda, por el lugar donde se sienta el conductor. Fue la desición correcta y al pasar, pudo ver como el andar de la bicicleta fue interrumpido por la puerta que se abrió de improvisto. El muchacho que manejaba el rodado fue expulsado de su asiento y su cabeza chocó contra el pavimento.
Gastón decidió pasar al auto que frenó, por la derecha, por el lugar donde se sienta el acompañante. Fue la desición incorrecta y al abrirse la puerta del acompañante del auto, Gastón fue despedido de su moto y su cabeza, sin casco, chocó contra el pavimento. El golpe no fue letal, pero las consecuencias serían permamentes.

 

Sol caminaba por las calles de la ciudad en busca de un lugar donde comer.
Era mediodia y la panza le rugía. Aquel mediodía se cumplía un año desde que había abandonado la comida chatarra para comenzar a cuidarse. Después de unos primeros días y meses en el que la adicción le insistía en que vuelva a aquellas comidas, su cuerpo comenzó a demostrar su agradecimiento y Sol se veía y sentía más sensual y llena de vida que nunca. Pensó que podía darse aquel capricho sin caer en la adicción. Sus piernas se frenaron en la entrada del restaurante.
Sol decidió pasar de largo y buscar una opción más saludable. No quería caer en la tentación de aquella comida y la mejor forma era evitarla. Entró al siguiente restaurante y pidió una opción más sana. Al entrar, su sonrisa fue admirada por varios de los comensales.
Sol decidió entrar y darse un gusto. Después de todo, una simple hamburguesa no la volvería a ser adicta. Lamentablemente, su increible sabor le recordó aquella nostalgia de antaño. Sol continuó comiendo sin reparar que volvía a su anterior y desdichado ser.

 

Ludovico estaba temblando por primera vez en su vida. Siempre había sito un tipo rudo, pero ahora, los investigadores tenían el poder y el lo sabía. Fue cuestionado y torturado psicológicamente. El objetivo era romper el omertá de su banda y confesar todos y cada uno de los crímenes de los que fue cómplice. Para eso, le ofrecieron un trato de protección a testigos.
Ludovico aceptó el trato y rompió el código de silencio.  Contó todos los planes en lo que estaba implicada la banda y dio nombres y datos reveladores. Los investigadores utilizaron la información y por fin pudieron apresar a todos los miembros de la banda más buscada del lugar. Ludovico permaneció ileso gracias al plan de protección a testigos.
Ludovico no aceptó el trato y mantuvo silencio. Temía lo que le pudiera suceder y por eso decidió callar. Los investigadores no tuvieron más opción que dejarle ir y él regresó al lado de su banda. Al llegar, fue asesinado sin piedad. A pesar de saber que no había dicho nada, el haber sido capturado era motivo suficiente como para silenciarlo para siemre.

Entrevista con rumbo incierto

Las dos sillas están preparadas.
Sobre una mesa a pocos metros de distancia, un plato con bocadillos esperaban su turno para ser devorados.
El entrevistado estaba próximo a llegar. Tenía fama de atontarse, pero al final, sus entrevistas terminaban siendo ampliamente reconocidas, solamente bastaba con entenderlo y seguirle la corriente sin salir de las preguntas.
El timbre de la puerta sonó y apareció el hombre acompañado de dos perros labradores de color marrón oscuro.
Nos sentamos y los perros se acostaron a un costado, entendiendo que su amo no podía ser molestado.

-Que hermosos ejemplares.
-Gracias. Los tengo desde ayer.
-¿Fueron un regalo?
-No. Los compré. Me dieron ganas de tener mascotas.
-Y…¿Cuantos perros pensás tener?
-Ninguno, no me gustan las objeciones.
-Dije Perros, no peros. Animales, mascotas, compañeros de 4 patas.
-Ahh…y no sé. ¿Cuantos se pueden tener?
-Los que quieras.
-Supongo que con unos 30 estaría bien.
-¿30 perros?
-Supongo.

El entrevistado se levantó y se dirigió a la mesa. De ésta tomó uno de los pequeños aperitivos que estaban dispuestos. Era una empanada de 4 quesos.

-Sabrosa, ¿no es cierto?
-Bastante. ¿Qué tiene?
-Para saber que tiene exactamente hay que preguntarle a la cocina. Espera que la llamo.

Doris se acercó y tomó asiento al lado del entrevistador.

-Doris, dile a nuestro invitado cuales son los ingredientes de la empanada.
-Masa para empanadas, provolone, muzzarella, roquefort, fontina, orégano, ají en polvo, ajo y cebolla.
-Ahh ¿y tiene queso? Le siento gusto a queso.
-Si…tiene cuatro quesos.
-Increible. Ahora entiendo por qué es tan sabrosa.
-Gracias, Doris.

Doris se levantó y volvió a la cocina.

-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Sólo bien? Escuché que te está yendo más que eso.
-Es cierto. Pregúntame de nuevo.
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Sólo bien?
-Si, estoy bien sólo.
-¿Te refieres a una pareja?
-Claro. Tener una pareja no alcanza.
-¿Con cuantas parejas alcanza?
-Mmm…es una pregunta dificil. Diria que depende del espacio que tengas.
-¿Y cuanto espacio tienes?
-Creo que unos 500 metros cuadrados de verde. Igualmente cada pareja tiene que tener su propio lugar. ¿Te imaginas si se encuentran?
-Les dará celos.
-Si, incluso podrían no llevarse bien y hasta matarse y eso no sería bueno.
-No, claro que no.

Se hizo un silencio incómodo.

-Me contaron que has viajado a Europa.
-Es cierto.
-Cuéntame por donde estuviste.
-Por lugares.
-¿Qué tipo de lugares?
-Lugares que no conocía.
-¿Te han gustado?
-Si, las empanadas estaban muy ricas.
-Decía donde has visitado.
-Ahh. Si, se podría decir que si. Es más, traje un recuerdo de uno de los lugares.

Del bolsillo, el hombre extrajo un pequeño y viejo libro en idioma hindú sobre el cuidado de los tigres.

-¿Eso es un libro en hindú?
-Si.
-¿Entonces estuviste en la India?
-Si.
-Pense que caminaste en Europa.
-Si, caminé con ropa. Era una tela liviana que cubría todo el cuerpo, pero que me hacía permanecer intacto frente al calor.
-¿Viajaste acompañado?
-Si, vine hasta aquí con la pareja de perros. Las otras se tuvieron que quedar en la casa.
-¿Las otras?
-Las otras parejas. Sino seríamos muchos.

Me levanté para tomar un poco de agua y una aspirina. Seguir el hilo de la conversación era muy pesado.

-Se dice en las noticias que te estás metiendo en la política.
-¿Se dice?
-Se murmura. ¿Es cierto?
-En parte
-¿En qué parte?
-En las oficinas del estado.
-Pero, ¿qué es lo que te interesa de política?
-Nada.
-¿Y por qué te metes en parte?
-Para averiguar sobre la tenencia de animales.
-¿De las parejas?
-Si.
-No creo que sean necesario muchos trámites para adoptar animales.
-Son muchos. Cada pareja requiere pedidos especiales.
-No sabía.
-Por eso te lo digo.

Mi invitado miró su relój y se levantó.

-Debo irme.
-De acuerdo. Gracias por el tiempo.

Antes de irse, el entrevistado dio media vuelta y habló. Tenía una sonrisa en su boca.

-Por cierto. Aprovecho para comentarte la apertura de mi nuevo emprendimiento, el nuevo «Zoo Libertad». Gracias por la publicidad.- Dijo y se fue.

Tuve que releer la entrevista para entender que casi todas sus respuestas fueron dirigidas hacia ese tema. Realmente era un genio.

Adán: La ineludible realidad

Dios bajó del cielo para asistir a su amada creación.

-Lo lamento, Eva. No hay nada que yo pueda hacer para curarte a tí y a tú fruto. Lo que sufres, sólo con Adán podrá sanarlo.

Eva lo miró, las fuerzas se le iban poco a poco del cuerpo. Apenas podía cuidarse a sí misma mientras que Caín estaba al cuidado de Dios.

-Lo se- Le dijo, sonriéndole.

Dios se retiró, pensando en lo fuerte que era aquella mujer y en lo bien que la había creado.

Adán había encontrado un camino seguro hasta la costa, donde se encontraba el gigante barco y su celador.

-SALUDOS- Gritó.

El gigante no prestó atención al grito y continuó con sus cosas, provocando el enojo del pequeño ser.
Adán, molesto, pinchó la pierna del gigante con un elemento punzante.
El otro, por su parte, fue sorprendido por la molesta sensación y frunció su sien. Dándose vuelta, vio al diminuto hombre y le increpó.

-¿Por qué me has lastimado?- Preguntó, molesto.

-Porque no respondías a mi llamado- Respondió, ahora más tranquilo.

Inmediatamente, Adán cubrió la herida con sus hierbas medicinales y el gigante suspiró relajado.

-¿Qué quieres?- Le preguntó.

-Viajar en ese barco hasta el límite del mundo.

El gigante se sorprendió por las palabras del pequeño. Aquellas palabras le recordaban algo. No a algo, sino a alguien, a él mismo.
Adán insistió en su pedido, el cual fue rechazado por el otro.
Pero el pequeño era perceverante y no se rendía con facilidad. Luego de varios intentos, el gigante accedió, derrotado y le invitó a subir a bordo. Zarparían en pocos minutos.
Ya en altamar, el misterio de la negación del gigante fue revelado.

-Yo fui el primer gigante creador por Dios. Estaba solo y no quise quedarme en el Edén. Entonces emprendí mi propia aventura. Dios no pudo retenerme y partí para conocer al planeta, cómo lo llama él. Llevo viajando incontables noches y ya he conocido cada rincón que existe. Es por eso que creé este navío, para llegar hasta el límite de su creación.

Adán lo escuchaba atentamente. Sus historias eran similares.

-Nuestras historias son similares. Sin embargo, mientras que tú te alejabas de tu solitaria compañia, yo me alejé de Eva, la primer mujer.

El gigante no comprendía el significado de aquellas palabras.

-No comprendo lo que quieres decir con mujer, pero no estar solo es algo que yo no pude experimentar, hasta ahora. Sin embargo, no soporto tu presencia.

-¿De qué estás hablando? Yo he visto incontables gigantes en mi camino.

-¿Es eso cierto?

Ambos se detuvieron  a pensar como podía haber sido posible aquello y llegaron a la conlusión que los gigantes con los que Adán se encontró, fueron creados luego de la partida del primero.

-Por cierto, me llamo Adán.

-No tengo nombre, pero puedes decirme como Dios me decía. Nephil.

El viaje transcurrió con la conversción orientada hacia los otros gigantes que vió el pequeño ser. Nephil deseaba encontrarse con ellos y terminar con su solitaria vida.
Al verlo, Adán también sintió grandes deseos de ver a Eva.
Los días y semanas pasaron hasta que finalmente la embarcación se acercaba a tierra.

-Veo una hermosa tierra al frente- Dijo Nephil.

Días después el barco llegó a destino, al fin del mundo y ambos tripulantes descendieron y se despidieron.
Se trataba de un lugar hermoso, donde el verde pasto y los grandes árboles prevalecían. Se trataba de un lugar maravilloso, se trataba del Edén.
Adán por fín se había dado cuenta.
Todo, desde el principio fue parte del plan de Dios y él era solamente una simple marioneta tirada de los hilos por su creador.
Adán había regresado al punto de partida, con su curiosidad reducida al mínimo.
Caín tenía 4 años de edad cuando su padre regresó y su madre no podía estar más feliz.
Adán se recostó sobre el césped mientras que su hijo examinaba las cosas que había traido (y al hombre que las trajo). Al poco tiempo estaban jugando juntos y Adán experimentó una nueva -y poderosa- sensación. El amor por su hijo.

-Tal vez permanezca aquí, al lado de Eva y de Caín. El mundo no me genera más misterio que esta creación, este pequeño Adán que Eva ha creado. Me pregunto cómo ha sido todo y si se puede replicar. -Se dijo, sonriendo mientras miraba a la madre jugar con su hijo -Tal vez permanezca aquí para averiguarlo.

Eva, mirando al cielo, agradeció en silencio. Dios estaba satisfecho y sonreía al ver a sus creaciones nuevamente juntas.

Adán: Un padre que no fue

Adán recorrió el enorme cuerpo sin vida de su rival. Aún no entendía como semejante monstruo cayó de bruces por un simple disparo de su cervatana.
Al derrotar al gigante, el pecho se le infló tanto que ya sentía que podía enfrentarse a todo lo que su creador le tirase. Por primera vez fue conciente de su gran ingenio y del terrible arma que eso significaba.

-No hay nada que no pueda lograr- Exclamó con pleno orgullo.

Mientras tanto, Dios ocupaba su tiempo inmortal en el cuidado -a distancia- de Caín, el primer ser humano creado y nacido en la tierra.

-Aquel niño será semejante a mi, semejante a tú Dios- Le dijo a Eva en una de las infrecuentes visitas al bebé.

Eva solo asentía feliz de que su hijo, su fruto, su nueva sensación, crecería y sería semejante a su creador. La experiencia de haber dado a luz y de criar a un niño era basta y llena de emociones. Sin embargo, la ausencia de Adán le provocaba un sentimiento nada agradable en su seno.

-Por favor, traemelo de vuelta.- Imploraba la mujer.

-Todo a su tiempo, mi preciosa. Ten paciencia y confía en mi.

Los días, las semanas, los meses y los años transcurrieron rápidamente para uno y léntamente para otra.
Mientras que Eva dedicaba sus días al cuidado de su hijo, Adán exploraba aquel mundo abierto para él.
El paso del tiempo lo había convertido en un feroz guerrero. La caza y la supervivencia le costaba poco esfuerzo y se sentía casi omnipotente.
Pero Adán no sabía que aún tenía una dificil prueba que superar.
Dios, su creador, se enfrentaría a él. Eva sufría una aguda angustia que repercutía en su hijo y le enfermó. Si Adán no regresaba, Caín no sobreviviría y eso no lo podía permitir.

Caminando por el bosque, escuchó un ruido ensordecedor. Era algo que nunca antes había escuchado.

-Debe ser un nuevo animal.

Su pies, protegidos con cuero de vaca, se movieron con ligereza y pronto encontraron la fuente del ruido. Se trataba de una cascada, pero no como las que tenía en el Edén, sino infinitamente más grande y temerosa. Ésta, desenbocaba en un rio tan extenso como la misma visión.

-¿Será este el rio del fin de la creación?- Se preguntó.

La adrenalina le llenó el corazón. Deseaba con amplias ganas, conocer el fin de la creación, el fin de todo lo que Dios creó. Sin embargo, necesitaba una embarcación que sea sumamente resistente.
Abajo, en la playa donde desembocaba la cascada, pudo ver a un gigante como acomodaba alimentos dentro de un gran barco.

-Es perfecto- Se dijo, mientras trazaba un plan.

La embarcación se veía sumamente resistente y seguramente aquel gigante era un constructor y no un guerrero. No debía matarlo, sino convencerlo de viajar juntos.
Durante su viaje, se topó con todo tipo de gigantes, los temibles guerreros, los amables cocineros y los despreocupados agricultores, pero era la primera vez que se encontraba con un constructor.
Debía de buscar la forma de llegar a un acuerdo y para eso, debía obsequiarle una creación tan impresionante como aquel navío. Debía de pensar algo antes de que el barco zarpe.
La mente de Adán pensaba mientras que buscaba como descender de la cascada y llegar a la playa, mientras que el cuerpo de Eva se deterioraba, al igual de el de su hijo.
Por primera vez, Dios estaba preocupado.

Cosas imposibles

Al fallecer, recibí una notificación de un escribano.
El dueño de aquellos departamentos, aquel tipo viejo y solitario, me había dejado una carta.
«Querido amigo:
Tal vez te sorpreda ésta situación y espero que te sea grato recibir la noticia como lo es para mi escribir estas palabras. Soy poseedor de dos departamentos, cómo bien sabes, además de mi casa donde llevo viviendo una veintena de años, sin embargo, no tengo a nadie a quien dejarle herencia. Durante los años que gestionabas el pago de los alquileres, te fuiste volviendo un ser querido para mi, uno de los pocos que tenía y debo admitir que te tomé bastante cariño y estima. Las visitas mensuales para el cobro de los alquileres eran una bendición y fue por eso que tomé esta decisión. Véndelos si quieres o continúa con los alquileres y espero que tu vida mejore con este dinero adicional. Gracias por alegrarme los últimos años de vida. Un fuerte abrazo. El viejo charlatán H. Peña.»
Mi cabeza laburaba a mil por segundo. Había conseguido tres departamentos casi por milagro. Solamente por ser amable y cumplir con mi trabajo. No lo podía creer.
El escribano me miró. El tampoco podía entender la situación.
Me preguntó que quería hacer con los departamentos. Rápidamente le respondí que venderlos. Sin ser malagradecido, utilizaré parte del dinero para tomarme unas buenas vacaciones. Gracias, viejo charlatán.

Los amigos de mi novio tienen cuerpos de película. Se conocieron en el gimnasio y entablaron una pronta amistad. Se los notaba simpáticos, pero sobre todo, sexualmente activos. Al mirarlos, mi mente se imaginaba cada escena posible de una pelicúla triple X donde me consumián completa.
Me sentía mal por engañar, en pensamiento, a mi pareja, pero las ganas que les tenía eran mayores.
Un día, él invitó a sus amigos a mi casa, momento en que yo aproveché a salir con una amiga.
Al regresar, los encontramos bastante tomados, al igual que nosotras. Las risas fluyeron al igual que las miradas que se me iban. Mi novio lo notó y me llamó la atención pidiéndome hablar en la cocina. Era mí fin, sin embargo, su estado de alcoholismo era tal que me confezó que miraba a mi amiga con ojos de lujuria y me preguntó si quería, por esa noche, acceder a un cambio, aunque ellos fueran dos y ella sólo una. Accedí sin reparar si se trataba de una trampa. Por suerte no lo fue y debo admitir que mis sueños se quedaron bastante cortos contra la realidad.

Las horas pasaban y mi cabeza no se concentraba a pesar de haber tomado aquella pastilla que se anuncia como «milagrosa» para el estudio.
El examen final era dentro de pocos minutos y me había levantado temprano a dar un último repaso. Estaba más que perdido y el tema me era tan complejo como el idioma finés.
Apenas había entendido como realizar unos ejercicios básicos.
Realmente no entendí como aprobé los dos parciales para haber llegado a esta instancia.
Mi mente se sabía de memoria tres ejercicios, uno teórico y dos prácticos. Eso era todo y  cualquier cosa distinta a eso, no podría resolverlo.
Los nervios eran tan grandes al sentarme, que no hablé con nadie. Al fondo del aula me encontraba, acomodando nervioso los útiles y cargando el lápiz con más minas de las que necesitaba. Estaba seguro que desaprobaría. No había oportunidad alguna de aprobar y no veía como podía entender aquella materia tan compleja.
Recibimos las hojas con los tres ejercicios y poco después fuimos autorizados a verlas.

Ejercicio 1: Demuestre que todo campo diferenciable en el punto Ā, es continuo en Ā.

Era increible, era el teórico que sabía. Por lo menos no voy a tener un 1.

Ejercicio 2: Calcule el volumen de un cuerpo definido por: 2 x²+2y²+z² ≤ 3 , z≥√(x²+y²), y≥x

Era increible. Dos de los 3 enunciados eran los que me sabía de memoria, incluso podía llegar a aprobar.

Ejercicio 3: Halle la solución particular de la ecuación diferencial: y»+4y’= 8 que en (0;yº)tiene recta tangente de ecuación: y= 6x-1

Comencé a reir y lo continué haciendo hasta que recibí la libreta con el flamante 10 en esta pesada materia que aún sigo sin comprender.

El nombre de la mentira

En una sala, varios hombres discutían.

-¿Qué nombre le ponemos?- Preguntó el primero.
-¿Acaso importa?- Repreguntó el hombre que se encontraba a la derecha del anterior.

El segundo hombre recibió una bofetada.

-ESTÚPIDO- Gritó – El nombre lo es todo.

El hombre golpeado se reincorporó y continuó su opinión.

-Vamos a implementar un impuesto, no hay que disimularlo.

El hombre fue ignorado mientras los demás tenían una tormenta de ideas.

-Debemos llamarlo «Proyecto de claridad de riqueza para los pobres».
-No, que se llame «Plan de ayuda popular para el beneficio de los que menos tienen»
-Es muy largo. Mejor que sea «Sistema de ayuda universal».

La discución se acentuaba mientras que lo único que se discutía era el nombre.

– «Recurso de igualdad para los más carenciados»
-«Plan nacional de coperación voluntaria»
-«Proyecto de recaudación transparente»
-«Plan nacional de la verdad y la justicia a favor de los sectores carenciados y vulnerables.

Una vez más, la discución se centraba en lo más -según su opinión- trivial, el nombre.

-De nuevo lo hicieron- Le dijo el hombre que fue ignorado a su esposa, durante la cena.
-No puedo creer que sean así, tan tontos.
-Les importa poco y nada el país y su verdadero bienestar.
-¿No puedes hacer nada?

El hombre negó con la cabeza. Se lo notaba triste.

-Se esmeran en tapar con un bache el error que hicieron y acusan a otros de tener que recurrir a esto….
-En lugar de hacer las cosas bien- le interrumpió su esposa.
-En lugar de hacer las cosas bien- Repitió el hombre.

Se hizo un silencio incómodo. Ambos compartían el mismo pensamiento y se sentían peces fuera del agua.

-¿Qué pasó con ese tonto proyecto de armar a la población para combatir la delincuencia?
-¿Te refieres al «Plan de defensa de la comunidad para la paz»?. Ya está a medio camino de ser aprobado.
-Oh, dios mío. Se va a poner muy feo todo.
-¿Más de lo que está ahora? Discutí para armar un plan de defensa, de leyes y de educación, pero no. El desastre que armaron parece que fue culpa de otro y ahora buscaron un plan tonto con un nombre que lo hace parecer la salvación.
-Por lo menos te mantienen allí, en las altas esferas.
-Mi amor- suspiró -No me dejan ir. Estar allí es como estar en una convención de física donde los disertantes solo sepan de fotografía y busquen el lado «bonito» de las cosas.
-No puedes seguir así.
-Algún día habrá gente que piense. Ese día, descansaré.

Al día siguiente, un nuevo problema tomaba impulso.
Un grupo de jueces, en unión con fiscales y abogados, habían llenado los tribunales con denuncias al primer mandatario.
Rápidamente, las denuncias fueron archivadas y la orden del nuevo plan de remoción y persecución de los cómplices fue traido para que se le ponga el nombre.
De nada sirvió pedir que se lean y revisen las denuncias. Todo lo que importaba era el absurdo nombre. Esas personas, los denunciantes, desaparecerían de la vista del público mientras que el pueblo aplaudiría la medida con el exagerado e irreal título.

-«Plan contra el terrorismo y a favor de los pobres».
-«Plan de lucha popular para la creación de un país feliz».
-«Proyecto de paz y justicia verdadera y real»

La discusión continuó por unos minutos y finalmente el nuevo nombre fue votado.

El ganador fue el «Proyecto de liberación de terroristas para garantizar la paz, la verdad y la justicia popular».

El día de trabajo había terminado y el hombre que nunca era escuchado salió del edificio del gobierno, resoplando.

-Un día más en la oficina…-dijo mientras subía a su auto.