Sueño: Fútbol Americano

La patada inicial dió comienzo al encuentro.

En un equipo estabamos nosotros, amigos de toda la vida, y en el otro, rivales desconocidos.

El estadio era un poco diferente al habitual. En lugar de un recinto, nos encontrabamos en un espacio abierto, parecido a la selva, con arboles a los costados y en lugar de los palos de anotación, había un arco al estilo del clasico fútbol.

El partido comenzó, más yo no conocía muy bien las reglas. Sabía que el balón se pasaba hacia atrás y que se le podía pegar con el pié si se quería lanzarlo hacia adelante.

Durante los primeros minutos me dediqué a correr y patear el balón hacia adelante.

Lamentablemente mi estrategía para anotar no surtió efecto y por el contrario, nos convirtieron varios goles.

En ese momento decidí ir a defender la portería y fui realmente muy efectivo.

Los disparos llegaban con fuerza, pero los atajaba sin muchos problemas. Era bastante bueno.

También continué mi estrategia de patear el balón, ya que, como o podía pasarlo hacia atrás, intentaba dejarlo lo más cerca de la portería rival.

Después de varios intentos de gol fallidos, concluyó el primer tiempo y cambiamos de estadio para la segunda mitad.

El nuevo estadio era aún más salvaje que el anterior. Los árboles ya no se encontraban a un costado, sino que estaban repartido por todo el estadio.

Animales también recorrian el suelo.

El partido continuó con normalidad hasta que derrepente algo ocurrió.

Un cisne había caído de su vuelo. Ruidos de dolor emanaban de este mientras que movía su largo cuello de forma desesperada.

Finalmente el atacante se dejó mostrar. Se trataba de una serpiente, bastante colorida, aferrada a un sector del cuello de su presa.

Los gritos del ave eran desesperantes.

-¿¡Qué pasa!?- Pregunté a uno de mis compañeros de equipo.

-Estamos en la selva y hay muchos animales peligrosos- Respondió con total calma.

Luego levanté la vista y pude ver a varios animales más, todos observándonos.

En ese momento dí por concluido el partido e intenté irme de allí lo más rápido posible, pero los gritos de dolor del cisne me paralizaron.

Cada vez se hacían más y más fuertes.

Mis oídos ya no aguantaban tanto ruido…y me terminaron despertando.

En la radio sonaba una ópera y en el cielo, el agua caía a borbotones.

Un día más va a comenzar.

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