El declive de una próspera nación (el argentum de los templarios tercera parte)

Primeros en el mundo, mundo de vagos.
Segundos en pasión, pasión para robar.
Terceros en amor, amor por la demagogia.
Cuartos en inteligencia, inteligencia para el engaño.
Quintos en oro, oro en corrupción.
Sextos en fuerza,  fuerza de autodestrucción
Séptimos en belleza, belleza artificial.
Octavos en territorio, territorio malgastado.

Maldición es lo que nos aqueja, siendo una nación con recursos para ser un amo económico del mundo. Poseedores de todos los climas posibles, desde gélidos hielos hasta ardientes desiertos, con un punto medio de junglas y cascadas. Dueños de tierras tan fértiles que un dicho común es tirar una semilla y la planta crece.
Una nación, con potencial para alimentar al 10% de la población mundial, posee entre sus pocos ciudadanos, desnutrición y faltante de alimentos.
Una nación con potencial ilimitado, posee unos pocos dueños.

¿Cuando comenzó a decaer? Un estado infante que se unificó a mediados del S XIX y que supo crecer a la par de la potencias mundiales. Un estado cuyo potencial era reconocido por el mundo entero y su crecimiento constante y solidario lo hizo posicionar en los primeros lugares de todos las clasificaciones o ‘rankings’.
Con un esfuerzo comunitario y un mismo afán de crecimiento, este joven estado se alzó con cabeza firme ante un mundo que hervía de política, un mundo en constante cambio, en donde las invenciones estaban a la par del día. Todos cooperaban y el planeta entero lo reconocía. La tierra de la plata competía contra el gigante del norte con mucho orgullo. Era el auge, momento en que la materia prima era la reina y gracias a ella se podía crecer.
Todo indicaba que una nueva superpotencia había surgido. En ella se hacían avances permanentes en casi cualquier rubro de la época y gracias a sus interminables tierras fértiles, se poseía el capital necesario para el desarrollo.
El siglo XIX terminaba y junto a este, se había cerrado el mejor siglo de la historia del país, con la aclaración de que también había sido el primero de su vida.
El siglo XX comenzó a pedir de boca, el crecimiento continuó de forma acelerada. Con escasa población, en su mayoría conformada por inmigrantes europeos que buscaban un alivio a sus tristes vidas, el crecimiento tocaba su tope. Italianos, españoles, criollos y una primera generación de argentinos tenían como objetivo hacer crecer a estas tierras. Con idiomas diferentes pero con un mismo ideal, hombro con hombro, construyeron las bases y fundamentos, para luego encarar el crecimiento.
El principal sustento del país fueron sus tierras fértiles y su producción de materia prima y eso lo volvería inestable en un mundo de guerra.
Cómodos con el presente, no se invertiría en nuevas tecnologías agropecuarias. La tracción a sangre resultaba más económica y no había deseos de cambios. Craso error.
El gigante del norte sufría pérdidas en las competencias internacional, sus productos resultaban más costosos y de inferior calidad debido a la implementación de las primeras máquinas agrícolas y eso le dio ventaja a nuestros productores que producían menor cantidad pero mayor calidad.
Satisfechos con liderar el mercado, la idea de implementar las mejoras tecnológicas en el campo, quedó esfumada.

Nadie lo esperaba o por lo menos, nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir. Una lucha armada en Europa, estados que quedarían desolados por políticas. Situaciones de siglos atrás volverían al reflote como nunca durante el siglo XX. Y fue así, como el 28 de Junio de 1914, los periódicos del mundo anunciaban el comienzo de una «Gran Guerra».
Las vidas humanas eran desechables y sus pérdidas eran millonarias. Se seguía luchando y los soldados necesitaban alimentarse. Con sus territorios derruidos y ante la imposibilidad de traer alimentos de la India y de China, se recurrió a América.
Ésta podría haber sido una gran oportunidad para nuestros productores, pero sus mentes perezosas y de poco afán de progreso hicieron que no pudieran cumplir las demandas solicitadas por los países en conflicto y así los pedidos y el dinero recayó en la competencia, en el gigante del norte, que había invertido en mejoras de producción años antes y su flamante capacidad de producción nos dejaba con la boca abierta de par en par.
Una gran oportunidad perdida, por dormir en los laureles, por no mejorar o por querer hacerlo demasiado tarde. Las posibles ganancias perdidas podrían haber significado el cambio a convertirnos definitivamente en la potencia mundial, pero se quedó allí, en la nada.
La guerra terminó y la situación del campo mejoró, aunque no por mucho. Una década después del fin del conflicto bélico, sucedió el conflicto económico que afecto al mundo entero. Por primera vez en nuestra historia, los índices económicos mostraban la baja y la situación fue preocupando a la población hasta que una década después comenzó el declive total. La invasión a Polonia el 1 de Septiembre de 1939 dio comienzo a la segunda guerra mundial y a la segunda posibilidad de crecimiento masivo del país.
Se necesitaban alimentos, no solo unos estados, sino el mundo entero los pedía a gritos. Era la oportunidad de crecer y recuperar la economía perdida. Pero la política entro en juego. Falsas creencias de enemistad con los llamados piratas y admiración por el poderío militar alemán nos trajeron bloqueos y sanciones que impedirían las exportaciones tan necesarias. Creamos nuestro propio boicot y eso nos atormentaría hasta el día de hoy.

Sin embargo, nada nos podía preparar para la figura que esperaba para tomar el poder. Un nuevo jugador entraría en escena al finalizar la guerra que, con sus actos, condenaría definitivamente a la tierra más próspera jamás encontrada.

9 comentarios en “El declive de una próspera nación (el argentum de los templarios tercera parte)

    1. Argento (por un extranjero…me recuerda a la birome) y aprovechado por otros para mejorarla, en especial eeuu justo durante la 2nda bélica, una cagada no lo creés?
      El cuento/historia es parte de una serie de cuentos/historias resumiendo super resumido, la trágica historia de la tierra más prospera jamás encontrada.
      El campo y su rol durante las guerras lo basé en varias tesis y escritos que leí, los cuales relataban la historia y los por qués y comparaciones de los principales productores de materias primas de ayer y hoy. Saludos.

  1. El que escribió esto se llevó por los Roca, Mitre y cía. Los terratenientes que hicieron la guita robando tierras y haciendas para luego venderlas como propias.Nunca estuvo Argentina tan encarajinada como en las guerras civiles del siglo 19, y guerras genocidas como contra el Paraguay. Idolatrada por los paises industriales a los que les proveía materia prima para sus industrias y se las recompraban a cifras escandalosas. Total habia gringos y gallegos importados, gauchos sotretas, y algunos indios y negros que habían quedado despues de su genocidio para ser los esclavos eternos de los «mandamaces». Y a la falsa historia la escribieron los perdidos depredadores del pais, y se la compraron personas o que son descendientes de ellos, o estan «pagados» con la guita de la sangre exprimida a los laburantes de esos tiempos. amén

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