El argentum de los templarios

La discusión profundizaba y los gritos dominaban la antes pacífica conversación.
Los 6 hombres sentados alrededor de la vieja mesa de madera astillada no se ponían de acuerdo.
Habían formado monedas con la plata que encontraron en unas cuevas en las montañas y ahora debían acuñarlas.
Por una parte, no podían dar a conocer su procedencia, y por la otro, querían dar homenaje a ta bella -y salvaje- tierra.

-Secretum templi- dijo uno finalmente.

-¿Secretum templi? ¿Acaso somos mujeres de chimentos?

Los demás se rieron, salvo el jefe de la expedición, quien jugaba con la moneda con la vista distraida.

Corría el año 1160 y la posición del género femenino en esa epoca era muy distinta a la actual.

-Secretum templi…- murmuró y al hacerlo, los demas callaron. -Me agrada. Si, me agrada bastante. Será un secreto de la órden y así permanecerá. De paso, llamaremos a esta región con el nombre de Argentum, cuyo significado como sabrán, es plata. Este lugar será reconocido como la tierra de la plata, como Argentópolis.

Así habló el hombre a cargo, el capitán, y así se terminó la discusión.
Las monedas fueron acuñadas y en los planos de navegación fueron añadidos los nombres de las tierras llenas del precioso mineral plateado.
Aquellos hombres regresaron a Europa para ayudar con la custodia de la tierra sagrada en medio oriente. Pero ahora podrían convertirse en los líderes de la órden, en los máximos caballeros. Ahora poseían una fuerte economía capaz de comprar más soldados y así tomar el control de los Templarios. El viaje había salido bien y nadie sospecharía de que sus monedas fueron extraídas de la actual América, desconocida ante la mayoría de la humanidad.

Los navíos emprendieron el regreso, el largo viaje y el comienzo de su destino y con ellos, el secreto de su tesoro, su secreto que fue pasando de generación en generación, de padre a hijo y de este a sus hijos y así durante siglos. Sin embargo, con el pasar de los años, el secreto se fue perdiendo y tan solo perduró en los descendientes del capitán, hasta que uno tuvo la oportunidad de regresar a las tierras reclamadas por sus ancestros y de buscar la famosa tierra de plata.
Enviado por la corona española, este descendiente de Templario fue enviado al nuevo continete para conocer su existencia al público.
La corona británica, la corona portuguesa y muchos otros imperios ya conocían la existencia de aquella tierra y todos la saqueaban en secreto. Aquella tierra conocida por los fenicios, los vikingos, los chinos y otras culturas, fue ocultada de la mirada del resto del mundo hasta que los saqueos fueron intolerados por los españoles y decidió reclamarla -formalmente- para su corona.
Fue así que Colón partió para establecer una base de operaciones y delimitar todo el territorio que pudiera y gracias a las cartas de navegación que solo él conocía, lo pudo hacer rápidamente y además conseguir un gran botín de plata y oro a su regreso.
Aquel fue el comienzo de la época de oro para Madrid y de la presentación en sociedad del continente americano al mundo.

Colón, a su regreso, cargó consigo varias monedas de plata que las acuño con la leyenda, «Secretum revelatur».

Cientos de años después, Argentina anunció su independencia utilizando el nombre que le dio aquella órden templaria, sin embargo, en su interior ya no contenía aquel preciado metal. Un trágico origen de la tierra más próspera jamás encontrada.

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