Los dos caminos 2

Un auto frenó unos metros más adelante. Sin embargo, esto no era problema para Gastón y su moto.
Juntos, sorteaban una gran cantidad de obstáculos y fluían por el tráfico esquivando auto por auto. Esta vez, tenía una bicicleta a su lado que también quería pasar, pero él, al estar motorizado, elegiria primero por donde pasar al auto.
Gastón decidió pasar al auto que frenó, por la izquierda, por el lugar donde se sienta el conductor. Fue la desición correcta y al pasar, pudo ver como el andar de la bicicleta fue interrumpido por la puerta que se abrió de improvisto. El muchacho que manejaba el rodado fue expulsado de su asiento y su cabeza chocó contra el pavimento.
Gastón decidió pasar al auto que frenó, por la derecha, por el lugar donde se sienta el acompañante. Fue la desición incorrecta y al abrirse la puerta del acompañante del auto, Gastón fue despedido de su moto y su cabeza, sin casco, chocó contra el pavimento. El golpe no fue letal, pero las consecuencias serían permamentes.

 

Sol caminaba por las calles de la ciudad en busca de un lugar donde comer.
Era mediodia y la panza le rugía. Aquel mediodía se cumplía un año desde que había abandonado la comida chatarra para comenzar a cuidarse. Después de unos primeros días y meses en el que la adicción le insistía en que vuelva a aquellas comidas, su cuerpo comenzó a demostrar su agradecimiento y Sol se veía y sentía más sensual y llena de vida que nunca. Pensó que podía darse aquel capricho sin caer en la adicción. Sus piernas se frenaron en la entrada del restaurante.
Sol decidió pasar de largo y buscar una opción más saludable. No quería caer en la tentación de aquella comida y la mejor forma era evitarla. Entró al siguiente restaurante y pidió una opción más sana. Al entrar, su sonrisa fue admirada por varios de los comensales.
Sol decidió entrar y darse un gusto. Después de todo, una simple hamburguesa no la volvería a ser adicta. Lamentablemente, su increible sabor le recordó aquella nostalgia de antaño. Sol continuó comiendo sin reparar que volvía a su anterior y desdichado ser.

 

Ludovico estaba temblando por primera vez en su vida. Siempre había sito un tipo rudo, pero ahora, los investigadores tenían el poder y el lo sabía. Fue cuestionado y torturado psicológicamente. El objetivo era romper el omertá de su banda y confesar todos y cada uno de los crímenes de los que fue cómplice. Para eso, le ofrecieron un trato de protección a testigos.
Ludovico aceptó el trato y rompió el código de silencio.  Contó todos los planes en lo que estaba implicada la banda y dio nombres y datos reveladores. Los investigadores utilizaron la información y por fin pudieron apresar a todos los miembros de la banda más buscada del lugar. Ludovico permaneció ileso gracias al plan de protección a testigos.
Ludovico no aceptó el trato y mantuvo silencio. Temía lo que le pudiera suceder y por eso decidió callar. Los investigadores no tuvieron más opción que dejarle ir y él regresó al lado de su banda. Al llegar, fue asesinado sin piedad. A pesar de saber que no había dicho nada, el haber sido capturado era motivo suficiente como para silenciarlo para siemre.

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