Inmunes a las drogas

Pasaron décadas desde el consumo masivo de opioides, narcóticos y todo tipo de sustancias dañinas para el ser humano.
Generaciones que sufrieron los desmadres del consumo excesivo de drogas. Mentes dañadas y cuerpos agotados en pos de un momento de olvido o de un sueño de creatividad.
Familias destruidas, familias condenadas, generaciones perdidas y cerebros en fuga.
Pero esta generación es nueva, distinta. Algo cambió y es que el cuerpo se adaptó.
Sin previo aviso ocurrió. Nos hicimos inmunes a la mayoría de las sustancias perjudiciales para nuestro organismo. El cuerpo se defendió y dijo basta.
Así es, estamos ante el comienzo de la generación «drogas free» y aunque científicos de todo el mundo se unieron en busca de una nueva creación de laboratorio, el cuerpo respondía sin engaños.
Tan solo el alcohol era permitido para nublarnos la vista. El resto de las sustancias eran rechazadas por nuestro sistema inmune 2.0.
Asimilar el presente costó y durante la primera generación la gente no salía de su asombro.
Aspiraciones fallidas, jeringas inútiles y papel de seda agotado eran algunas de los resultados que obtenian las personas. Poco a poco el mercado de venta de drogas fue desapareciendo, la gente se resignaba con los opioides habituales y buscaba alternativas científicas de laboratorio. Muchas esperanzas y pocos resultados.
Muchos no entendíamos la necesidad de la gente en recurrir a estas cosas pero insistían dando todo de si.
Hubieron campañas de recolección de fondos impulsadas por todo tipo de gente, desde artistas hasta cocineros, desde políticos hasta escritores. Se recaudaban millones de dólares con destino a distintos laboratorios. Se ofrecieron recompenzas astronómicas a quien descubra una nueva sustancia, un nuevo hongo, una nueva fórmula. Nada. Nada de nada. La piscina se vacíaba.
Fue durante la segunda generación, desde la cual relato esta historia, en que la gente se resignó. Comenzaba la nueva etapa en la historia, etapa de concentraciones y de pensamientos serios. Etapas de corduras y de creaciones…
Bueno, al menos eso es lo que creía, pero siento que algo le falta al mundo. La música no es como la de antaño. Las películas y series son simplonas con finales predecibles.
Los libros e historias son cortas, más maduras o más niñatas.
Las cosas funcionan de maravilla, la calidad de vida mejoró en todo el mundo, pero algo dentro mío se siente robotesco. Falta algo, alguna chispa de fuego divino. No lo sé, no puedo explicarlo, me faltan las palabras. Se que tiene que ver con nuestro nuevo mundo pero no encuentro el por qué…¿Acaso será que…? Si, puede ser.

Es conocido mi interés por la historia de Roma y siempre me hacen la misma pregunta,

¿Qué han hecho los romanos por nosotros?

Mi respuesta es siempre la misma…Caminos, eso hicieron los romanos, caminos para unir al mundo.

Ahora, viendo un mundo gris yo me pregunto,

¿Qué han hecho las drogas por nosotros?

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